Von der Leyen y Michel llevan el 'sofagate' a la Eurocámara

Hasta la reunión Von der Leyen-Michel –envuelta oficialmente en una dinámica rutinaria (pasan cada semana revista a diferentes asuntos)– el episodio de Ankara, del que se ha desentendido el anfitrión (argumenta que siguió las indicaciones dadas por los equipos europeos), ha evidenciado roces entre la Comisión y el Consejo. Diferencias (o desajustes) por rango en la representación en política exterior que no han sorprendido.

El Ejecutivo comunitario entiende que, ahora sí, se debe marcar un punto de inflexión. Y en el encuentro de los dos líderes europeos se esperaba un intercambio de puntos de vista claro. La discusión sobre un plan que tiene como objetivo mejorar la coordinación del trabajo entre la Comisión y el Consejo. «Debemos encontrar una forma común de enfocar estos temas, de una manera armonizada, para que estas situaciones no vuelvan a ocurrir en el futuro», explicaba el portavoz Eric Mamer tras desvelar que el llamamiento a la mayor coordinación ya se ha reflejado por escrito en un mail que el jefe de gabinete de Von der Leyen, el alemán Bjoern Seibert, dirigió a su homólogo del Consejo, el belga Frédéric Bernard.

El incidente diplomático que ha tensado la relación entre las dos instituciones comunitarias ha colocado a su vez en posición incómoda a Michel. Mientras Von der Leyen guardaba silencio, giraba visita oficial a Jordania y disfrutaba de un periodo de descanso, al político belga le arreciaban las críticas por su inacción en aquella sala del complejo presidencial de Ankara. Incluso acudía a la cadena de noticias belga LN24 para explicarse. Michel justificó que lo sucedido fue el resultado de la «estricta» interpretación del protocolo por parte de Turquía –el rango superior del presidente del Consejo Europeo–. Aunque asumió también que pudo haber cometido un error al no reaccionar cuando su colega quedó relegada al famoso sofá. Pero no quiso parecer «paternalista» con la alemana ni «agravar» aún más la situación. Argumentos que no han convencido.

«No escucho las peticiones de dimisión. Sigo trabajando», subrayaba después de que entidades como la fundación internacional Millenia2025 para la igualdad de las mujeres le dirigiese una carta en la que le pide que deje el cargo por los «graves» errores que cometió «contra la diplomacia, la UE y los derechos humanos, especialmente los de las mujeres». La misiva conseguía en la tarde-noche de ayer cerca de 7.000 firmas de apoyo.

Michel volverá a expresar hoy su «profundo pesar» por el incidente en Ankara durante su participación en la conferencia de presidentes de los grupos políticos de la Eurocámara. Según apuntaron fuentes de su gabinete, insistirá en que «ese incidente no puede volver a repetirse», además de realizar un llamamiento a la unidad de la UE que «nadie puede dividir» y enfatizar el «enfoque en los principales desafíos futuros, la política exterior de la UE, el despliegue de vacunas, el clima y el plan digital».