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Lourdes Gómez
Glasgow
Sábado, 2 de noviembre 2019, 20:00
«Ya es hora de que Escocia decida su propio futuro». «Ya es hora de que sea un país independiente». El mensaje lo emitió la jefa del Gobierno escocés, Nicola Sturgeon, en el discurso de cierre de la manifestación independentista que tuvo lugar ... ayer en Glasgow. Unas 20.000 personas se concentraron en la plaza George, bajo la lluvia y el viento, según los organizadores del acto, el periódico 'The National'. Efectivos policiales separaron a un grupo menos numeroso que protestó contra el desmembramiento del Reino Unido desde el borde del céntrico enclave urbano.
Era la primera vez que Sturgeon intervenía en un acto soberanista desde que relevó a Alex Salmond como líder del SNP y ministra principal, tras la derrota de la causa en el referéndum de 2014. Las elecciones generales del 12 diciembre, que desembocarán en el 'brexit' si los conservadores obtienen la mayoría absoluta, han introducido un elemento de urgencia en la estrategia del Ejecutivo nacionalista escocés. «Una Escocia independiente está más cerca que nunca; la podemos tocar», señaló Sturgeon antes de remarcar la «importancia crucial» de las inminentes legislativas para «asegurar el derecho a decidir».
Los sondeos anticipan una holgada victoria del SNP y un retroceso del voto conservador, en protesta con el rumbo político y el 'brexit' duro impuestos por el primer ministro, Boris Johnson. El aval de las urnas al proyecto nacionalista reforzaría la decisión de Sturgeon de solicitar «antes de final de año» el traspaso de la competencia para organizar un referéndum separatista legal, según reafirmó en Glasgow. La convocatoria del plebiscito requiere autorización del Gobierno central y la ratificación de una Orden para revisar artículos de la Ley de Escocia referentes a cuestiones constitucionales, que no han sido transferidas a Edimburgo.
«Ningún gobierno de Reino Unido tiene derecho a interponerse en el camino de otro mandato democrático de la gente de Escocia», advirtió la jefa de la autonomía escocesa. Y agregó: «Será una demanda de un referéndum independentista de la gente y para la gente». Sturgeon se opone al 'brexit' -el 55% del electorado de Escocia votó en su contra en la consulta celebrada en 2016- e insiste en que el distanciamiento de la Unión Europea conlleva consecuencias negativas para la economía, la sociedad y la política escocesas. «Queremos una Escocia abierta, acogedora, diversa e inclusiva», dijo ayer.
Banderas catalanas ondearon sobre la mítica plaza de Glasgow y se vieron pancartas en solidaridad con los políticos independentistas condenados por el Supremo español. Al acto también asistió la exconsejera de Educación y catedrática de Economía en la Universidad de St. Andrews, Clara Ponsatí, sobre quien pesa una nueva orden de extradición a España, según adelantó su abogado escocés al periódico 'The National'. Ella y otros muchos extranjeros que se unieron al rally de la independencia son los «nuevos escoceses», según reconocieron distintos ponentes.
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