El Gobierno francés cita a los 'chalecos amarillos' tras consultar a la oposición

El más virulento estallido de violencia ciudadana en Francia desde Mayo del 68 ha trastocado la agenda política, institucional y diplomática en la cúspide del poder macronista. El presidente, que organizó por la tarde una reunión ministerial de urgencia en el Elíseo, aplazó su viaje oficial previsto mañana a Serbia y ha anulado la reunión de trabajo programada hoy con asociaciones de cargos políticos locales. También fue cancelado el discurso que iba a pronunciar esta tarde el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, en la Asamblea Nacional para permitir una sesión extraordinaria de control al Gobierno.

Philippe también se vio forzado a suspender su desplazamiento a Cracovia (Polonia) con motivo de la cumbre climática COP24 para recibir a instancias de Macron a una treintena de representantes políticos de todo el arco parlamentario. La moratoria de la nueva subida en enero de la fiscalidad ecológica sobre los carburantes fósiles, caballo de batalla inicial de los 'chalecos amarillos', fue la reivindicación coincidente de los interlocutores en la oposición del primer ministro.

«Si Emmanuel Macron no quiere ser el primer presidente después de un medio siglo que haga que se dispare a los franceses hace falta que las soluciones sean importantes, audibles e inmediatas», advirtió la dirigente ultraderechista Marine Le Pen al término de la reunión con Philippe. Por su parte, el líder de los socialistas, Olivier Faure, amenazó con sumarse a la moción de censura anunciada por los comunistas y la izquierda radical si no se suspende el previsto incremento de las tasas a las gasolinas y el diésel. La iniciativa requiere la firma de 58 diputados. La Francia Insumisa (17 escaños) y el Partido Comunista (16) suman 33. El grupo socialista reúne a 29.

El Gobierno va a proponer la celebración de un debate mañana en la Asamblea Nacional y el jueves en el Senado acerca de las soluciones políticas para apaciguar la crisis cuando se multiplican las convocatorias en las redes sociales a una nueva movilización general el próximo sábado. La secretaria de Estado para la Defensa, Geneviève Darrieussecq, juzgó que no se debe recurrir al Ejército pues «es utilizado en la lucha contra el terrorismo y protege a los franceses contra las amenazas exteriores». Varios sindicatos policiales han pedido la movilización de los militares en la protección estática de los centros neurálgicos del poder para liberar así efectivos en el refuerzo de las misiones antidisturbios.

Mientras tanto, ayer transcendió la muerte el domingo durante una operación quirúrgica de una mujer de 80 años que la víspera había resultado herida en la cara por una granada lacrimógena cuando cerraba las contraventanas de su piso en Marsella en pleno fragor de los altercados con la policía. El fiscal de la ciudad mediterránea, Xavier Trabeux, puntualizó que «de momento no se puede establecer una relación de causa efecto entre la herida y el deceso».

La Policía Judicial investiga una violación denunciada el sábado en París al margen de los altercados. Un manifestante obligó a una compañera de 23 años a practicarle una felación en el sótano de un restaurante de comida rápida. El acusado, fichado por consumo de estupefacientes, convalece en un hospital de las lesiones causadas por 'chalecos amarillos' alertados por la denunciante antes de entregarlo a las fuerzas del orden.

La primera encuesta realizada tras la erupción violenta del sábado muestra que el apoyo de la opinión pública a la revuelta es similar al de siete de cada diez franceses registrado antes de la primera jornada de movilización el 17 de noviembre. Mientras más del 80% de los sondeados desaprueba el recurso a la violencia, el 90% juzga que el Ejecutivo no se ha mostrado a la altura de los acontecimientos.

El ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, evaluó una caída de la actividad para los grandes grupos de distribución del 15 al 25 %, para el pequeño comercio del 20 al 40 %, para los mercados mayoristas del 15% y para los restaurantes de entre el 20 y el 50 %. Las empresas de transporte de mercancía han constatado pérdidas de explotación de 400 millones de euros durante las últimas tres semanas.