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Iñigo Gurruchaga
Corresponsal en Londres (Reino Unido)
Miércoles, 18 de abril 2018, 18:09
La compañía británica De La Rue ha anunciado que renuncia a emprender una demanda contra el Gobierno británico por adjudicar el contrato para la producción de nuevos pasaportes a la francesa Thales-Gemalto, que ganó el concurso abierto con una oferta más barata que la ... de su rival por unos 140 millones de euros. Una alianza variopinta de voces de Reino Unido se siente frustrada.
El líder del 'Brexit' anti-inmigrantes, Nigel Farage, mostraba su viejo pasaporte británico en los últimos días de la campaña del referéndum como un premio material del voto por la marcha de la UE. Para el diputado conservador, Andrew Rosindell, el pasaporte europeo de color borgoña es «una humillación nacional». «El viejo diseño en azul oscuro era», para este cabecilla 'tory' de la causa gibraltareña, «una declaración distintiva, clara y audaz de lo que significa ser británico».
Los pasaportes fueron creados por la Liga de Naciones, precursora de la ONU, en 1920. Y se cita frecuentemente en este debate que en algún momento alguien de La Liga dijo que el diseño británico era «perfecto». Gobiernos de Londres se resistieron a introducir el nuevo pasaporte europeo hasta 1988, pero el de Theresa May tiene que producir uno nuevo tras el 'Brexit'.
May siguió el espíritu capitalista enraizado en el país y ofreció el contrato según las normas de licitación de la UE. Las reglas comunitarias permiten que, como ocurre en Francia o en España- donde la tarea corre a cargo de la Real Casa de la Moneda-, la producción de documentos oficiales se adjudique a empresas públicas. El Gobierno de Londres falló a principios de este meses en favor de la oferta de Thales.
El consejero delegado de De La Rue, que imprime los billetes de libras, dijo que May tendría que ir a sus fábricas para explicarles la decisión a sus empleados. Los sindicatos y el Partido Laborista la criticaron también. Entre los partidarios del 'Brexit' hay una escisión, quizás grave en el futuro, entre partidarios del capitalismo liberal o del proteccionismo. Los primeros celebraron la gesta de la 'Britannia' global y el ahorro; los segundos la lamentaron o culparon a Bruselas.
De La Rue ha perdido cerca de 5 millones de euros en la preparación de su demanda judicial, según ha informado la empresa. La compañía francesa se enfrentará a los retos del exacto color y del diseño, con previsibles polémicas. Para el registro histórico queda la protesta del cómico Simon Blakwell. «¿Por qué necesitamos pasaportes de cualquier color? Deberíamos gritar simplemente: '¡Británico! ¡No más tonterías!' Y caminar con pausa al otro lado».
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