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beatriz juez
Corresponsal. París
Lunes, 8 de marzo 2021, 19:45
La líder de la extrema derecha Marine Le Pen acorta distancias en las encuestas con el presidente francés Emmanuel Macron de cara a las elecciones presidenciales de 2022, mientras el 'frente republicano' –el cordón sanitario que los políticos franceses erigieron durante décadas contra la ... ultraderecha– se agrieta, tanto por el flanco izquierdo como el derecho.
Si Macron y Le Pen se clasifican para la segunda vuelta, como esperan todas las encuestas, los comicios serían más reñidos de lo que lo fueron hace cuatro años. El mandatario ganaría con el 53% de los votos frente al 47% de la presidenta de Reagrupación Nacional, ex Frente Nacional, según un sondeo de Harris Interactive para Commstrat, publicado este lunes por el diario 'L'Opinion'. En 2017, Macron derrotó holgadamente a Le Pen en las urnas con el 66,10% de los votos, frente al 33,9% de la líder ultraderechista. Cuatro años después, el 'frente republicano' contra la ultraderecha pierde fuerza.
La encuesta de Commstrat-L'Opinion muestra que la abstención y el voto en blanco ganarían terreno en 2022, tanto a la izquierda como a la derecha, en caso de enfrentamiento Macron-Le Pen en la segunda vuelta. El 52% de los simpatizantes de La Francia Insumisa (el equivalente de Podemos en Francia) votarían en la segunda vuelta en blanco, se abstendrían o emitirían un voto nulo. Jean-Luc Mélenchon, presidente de este partido izquierdista, ya ha dicho que, al igual que en 2017, no dará una consigna de voto a sus simpatizantes pidiéndoles públicamente que apoyen a un candidato u otro.
En el caso de que la candidata socialista fuera en la primera vuelta Anne Hidalgo, alcaldesa de París, el 50% de sus votantes no se decantarían en la segunda vuelta ni por Macron ni por Le Pen. Además, la abstención y el voto en blanco alcanzarían el 44% de los votantes ecologistas de Yannick Jadot y el 41% de los votantes de derechas si Xavier Bertrand es el candidato conservador en la primera votación.
Lejos parecen estar los días en los que todos los partidos políticos franceses se unían en la segunda vuelta y establecían un 'cordón sanitario' contra la extrema derecha. En 2002, el presidente conservador Jacques Chirac arrasó en los comicios al derrotar en la segunda vuelta a Jean-Marie Le Pen, padre de Marine, por un 82,21% frente al 17,79% del fundador del Frente Nacional. En esa ocasión, muchos electores de izquierda votaron, a su pesar, a favor de Chirac para evitar que la ultraderecha llegara al poder.
Esta vez los electores no parecen estar tan dispuestos a ponerse la 'pinza' en la nariz para votar por el contrincante de Marine Le Pen, aunque no les gusten sus políticas. La crisis sanitaria, la lenta campaña de vacunación contra el coronavirus y la crisis económica podrían pasar factura en las urnas a Macron. Su giro a la derecha en política interior podría espantar a los votantes de izquierda.
Desde que Marine Le Pen asumió hace diez años la presidencia del Frente Nacional, ha tratado de 'desdemonizar' el partido ante la opinión pública francesa para transformarlo en un partido de gobierno. Está por ver si logrará romper el techo de cristal y llegar en 2022 al Palacio del Eliseo.
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