Aspecto en el que quedó uno de los autobuses atacados en Londres en julio de 2005.

Reino Unido, doce años en el punto de mira de las dos yihad

Para Al-Qaida y Daesh atentar en Gran Bretaña, aliado de EE UU, ha sido objetivo primordial en Europa, aunque no siempre lo han logrado

Melchor Sáiz-Pardo

Domingo, 4 de junio 2017, 11:01

Londres, Glasgow... ahora Manchester. El Reino Unido es, según los analistas de seguridad, el país de Europa más señalado por los yihadistas, aunque no el más golpeado. Después de Estados Unidos, ha sido el territorio del planeta más amenazado por los terroristas islámicos, sobre todo ... por su inquebrantable alianza con Washington en las invasiones de Irak o Afganistán y luego en los bombardeos contra el 'Califato'. Gran Bretaña lleva doce años en el punto de mira de la 'guerra santa' global, primero con Al-Qaida, y ahora con el Daesh. Y ha sufrido el zarpazo de sus ataques y de sus diferentes modus operandi.

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El 7 de julio de 2005 Gran Bretaña se convertía en el tercer país occidental en sufrir un gravísimo atentado por parte de Al-Qaida, después de las matanzas del 11-S en Estados Unidos en 2001 y el 11-M de 2004 en Madrid. Como en los ataques de Nueva York, Washington o Madrid, la multinacional del terror que entonces dirigía Osama Bin Laden trató de justificar la masacre por la participación del Gobierno británico en la guerra de Irak.

En Londres, hace ahora casi doce años, cuatro explosiones en el metro y una en un autobús urbano dejaron 50 muertos y más de 700 heridos. Fue -explican los analistas de Europol- una cadena de atentados perpetrados por suicidas con el claro sello de Al-Qaida: acciones de gran preparación, sincronizadas, con diferentes objetivos simultáneos y organizadas por una célula clásica (la matanza fue reivindicada por la autodenominada Organización Secreta de Al-Qaida en Europa). Aquellos atentados -un día después de que Londres fuera elegida sede de los Juegos Olímpicos de 2012- fueron casi un calco de la matanza de los trenes de Madrid. Londres iba a ser la última vez que la vetusta Al-Qaida lograra golpear con tanta virulencia en Europa.

La amenaza disminuyó, pero no cesó. Una Al-Qaida en declive e incapaz de preparar comandos en suelo británico (ni europeo) dio paso a un terrorismo yihadista inspirado en los mensajes de Ben Laden pero sin preparación ni logística. El 30 de junio de 2007 un coche cargado de bombonas de gas se lanzó contra la terminal del aeropuerto de Glasgow, en Escocia. El vehículo ni siquiera explotó. El ciudadano indio que lo conducía, Kafeel Ahmed, murió días después tras rociarse con gasolina y quemarse vivo. Su acompañante, el iraquí Bilal Abdullah, fue condenado a cadena perpetua. Dos días antes, la Policía había encontrado cerca de Piccadilly Circus, en Londres, dos vehículos cargados de gasolina y tornillería. Tampoco llegaron a explotar por fallos de diseño en los artefactos.

El 22 de mayo de 2013 marcó un punto de inflexión en el terrorismo en la isla, pero también a nivel internacional. Dos yihadistas, Michael Adebolajo y Michael Adebowale, ambos británicos y de origen nigeriano, atropellaron con su coche a un joven soldado de 25 años, Lee Rigby, en el sureste de Londres. Luego le acuchillaron e intentaron posteriormente decapitarlo. Justificaron su acción como parte de la 'guerra santa' por «los musulmanes asesinados por soldados británicos».

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Ese atentado de 'bajo coste' no fue promovido por el Daesh (el 'Califato' no se proclamaría hasta un año después y por entonces se centraba en la batalla contra las tropas sirias e iraquíes), pero el ataque contra Rigby sirvió de «inspiración mundial» para las acciones terroristas que luego sí que auspiciaría el autodenominado Estado Islámico. El uso en atentados de vehículos a motor (incluidos camiones como en Niza o Berlín) y la utilización de un simple puñal se han convertido en consignas del Daesh desde hace dos años.

Los expertos antiterroristas consideran que el primer ataque bajo la «inspiración directa» del Daesh en el Reino Unido fue el que tuvo lugar el 5 de diciembre de 2015 en la estación de metro de Leytonstone en Londres. El somalí Muhaydin Mire hirió con un cuchillo a dos personas, solo dos días después de que el Reino Unido se uniera a los bombardeos contra el Estado Islámico. Mire gritó «¡Esto es por Siria! ¡Se va a derramar sangre!».

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El terrorista actuó espoleado por los continuos llamamientos del Daesh esos días a atentar en Europa. Solo tres semanas antes, los activistas del ISIS habían provocado la mayor masacre de este grupo en el viejo continente con los ataques de noviembre de 2015 en París, entre ellos el de la sala Bataclán.

Aunque los atentados se cebaban con Francia y Bélgica, el pasado año Gran Bretaña fue situada de lleno en el centro de la diana, después de que Al Hayat, la principal productora del Daesh, llamara a atacar en el Reino Unido en un vídeo hecho público en enero de 2016 bajo el título 'Mátalos a todos allí donde los encuentres'. Era una producción de respuesta directa a los bombardeos de la RAF al 'Califato' en Siria e Irak.

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Los servicios antiterroristas y de inteligencia británicos elevaron al máximo la alerta, sabedores que casi un millar de ciudadanos del Reino Unido se habían desplazado a los territorios controlados por Abu Bakr al-Baghdadi. Entre ellos estuvo, hasta su muerte en noviembre de 2015, un icono de la barbarie del Daesh: el británico de origen árabe Mohamed Emwazi, conocido como 'Jihadi John', protagonista de multitud de vídeos de decapitaciones.

El último golpe de la yihad en el Reino Unido hasta el perpetrado en londres la noche de este sábado y el de Manchester a finales de mayo, también tuvo la firma del Estado Islámico. Inspirado en los atropellos masivos de Niza o Berlín, el pasado 22 de marzo un hombre de 52 años y padre de familia se lanzó contra la multitud en el puente del palacio de Westminster en Londres. Mató a cinco personas, entre ellas un policía apuñalado tras el atropello. Otro atentado 'low cost' y de tinte suicida que se apresuró a reivindicar el Daesh, como hizo ayer con la matanza del Manchester Arena.

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A pesar de los trágicos atentados de los últimos 15 días en Reino Unido, las fuerzas británicas han frustrado un total de 18 planes para atentar en el país desde el año 2013, según defendieron el mes pasado fuentes de seguridad a la cadena BBC.

En concreto, los cuerpos de seguridad habrían logrado evitar cinco atentados desde el perpetrado el pasado 22 de marzo en Westminster, que se saldó con cinco muertos y decenas de heridos.

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