colpisa / afp
Sábado, 30 de julio 2016, 20:30
Cuatro días después del asesinato de un sacerdote en una iglesia en la región francesa de Normandía, varias manifestaciones de solidaridad han reunido a cristianos y musulmanes, mientras la investigación avanza con la detención de un hombre vinculado al brutal ataque yihadista.
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Varios centenares ... de personas se han concentrado en las calles de Lyon (este) en homenaje al padre Jacques Hamel, un sacerdote de 85 años degollado el martes en una iglesia de Saint-Etienne-du-Rouvray.
Pancartas como "Venceremos gracias a la fraternidad", "Esto no es una guerra de religiones" o "Todos somos hermanos y hermanas" se han podido ver en una manifestación convocada por varias asociaciones locales, con el apoyo del Consejo Regional del Culto Musulmán (CRCM).
Tras el drama de Saint-Etienne-du-Rouvray, "nos pareció esencial no dejar paso a la resignación y al miedo, de hacer un acto de cohesión, de alentar la paz y la convivencia", explica el presidente del CRCM, Abdelkader Bendidi, en un comunicado.
"Estamos aquí para manifestar nuestra solidaridad, mostrar que las tres religiones del Libro pueden estár juntas y convivir", explicaban por su parte Jeannine y François Marre, miembros de la asociación Educación Católica. En Burdeos, unas 400 personas han asistido a la misa de la tarde.
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En Saint-Etienne du Rouvray, la localidad donde tuvo lugar el ataque, la otra iglesia estaba repleta para la misa de las 18.00, después de la cual se ha celebrado una vigilia. Entre los 300 fieles había medio centenar de musulmanes. El viernes, fieles musulmanes y cristianos rezaron juntos en la iglesia y en la mezquita Yahia.
El Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM) invitó a los fieles a presentarse en las iglesias durante el momento de la misa y la Conferencia Episcopal Francesa (CEF) pidió a las parroquias que los acogieran de manera "fraternal".
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Dos personas, el primo de uno de los asesinos y un refugiado sirio, seguían el sábado en detención preventiva, cuatro días después del asesinato del cura Jacques Hamel, de 85 años, que fue degollado mientras celebraba misa. El ataque, el primero contra un religioso católico, fue reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI).
Al mismo tiempo, una fuente cercana a la investigación reveló que un menor de 17 años, que había intentado ir a Siria con uno de los autores del ataque, fue detenido en Ginebra pocos días antes del atentado, después de que volviera a intentar viajar. Por ahora, sin embargo, "nada demuestra que tenga una implicación" en el atentado", advirtió la fuente.
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Los investigadores tratan de sacar a la luz la red en la que se movían los dos yihadistas, Abdel Malik Petitjean y Adel Kermiche, dos franceses de 19 años, detectados por separado por los servicios de información franceses.
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