El Daesh reivindica el atentado de Niza

Ocho meses después de los atentados yihadistas de París, donde murieron 130 personas, Francia se ha sumido en un nuevo duelo nacional de tres días que culminará el lunes con un minuto de silencio al mediodía (10.00 GMT). Mientras tanto, el paseo de los Ingleses, escenario del atentado, ha reabierto de forma completa después de que los investigadores finalizaran las tareas de policía criminal.

El asesino, un tunecino de 31 años que arrolló con un camión a familias y turistas en el Paseo de los Ingleses de Niza durante la celebración de la fiesta nacional, "es un soldado del Estado Islámico", ha señalado Amaq, una agencia vinculada al grupo yihadista. Actuó "en respuesta a los llamamientos lanzados para atacar a ciudadanos de los países de la coalición que lucha contra el EI", ha añadido la agencia citando a una "fuente de seguridad".

Cuatro hombres del entorno de este hombre, identificado como Mohamed Lahouaiej-Bouhlel y abatido a tiros por la Policía durante el ataque, han sido detenidos este sábado. Su exmujer estaba bajo arresto desde el viernes. El canal de televisión 'BFM TV' ha indicado que las fuerzas del orden llegaron hasta ellos gracias a la explotación de elementos de telefonía del autor de la matanza. En la cabina del camión donde fue abatido se encontró un móvil

Investigación

Casi dos días después del atentado en esta turística localidad de la Riviera Francesa, los franceses siguen preguntándose cómo fue posible que el inmenso camión de 19 toneladas consiguiera penetrar la noche del jueves en la zona de celebraciones, reservada a peatones y bajo vigilancia policial. Sobre este asunto se ha pronunciado hoy el ministro galo del Interior, quien ha indicado que el vehículo entró en el paseo de los Ingleses pese a las barreras y a los coches de policía que cerraban el paso en la calzada subiéndose a la acera. "Fue por la acera y de forma muy violenta por donde el camión consiguió penetrar" en el bulevar, y eso permitió al autor de la matanza "cometer su crimen", ha precisado Cazeneuve al término de una reunión del Gobierno dedicada al atentado presidida por el jefe del Estado, François Hollande.

Los motivos que llevaron a cometer esta matanza a Mohamed Lahouaiej-Bouhlel, descrito como una desequilibrado por sus antiguos vecinos, siguen estando en el centro de la investigación. "Es un terrorista, sin duda relacionado con el islamismo radical de una forma u otra", declaró el viernes el primer ministro francés, Manuel Valls. Sin embargo, el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, no confirmó el vínculo entre el asesino y los yihadistas.

Para el fiscal de París, François Molins, este ataque "corresponde" a los llamamientos "al asesinato" lanzados por grupos yihadistas. "El asesino estaba en relación con personas que estaban en contacto con islamistas radicales", ha afirmado una fuente cercana a la investigación. "Pero en este momento esto no prueba nada y la investigación tendrá que establecer si tuvo cómplices", ha agregado.

La Fiscalía abrió su investigación por los cargos de asesinatos e intentos de asesinato, tentativa de asesinato de personas dotadas de autoridad pública (los policías a los que disparó) y terrorismo.

Sin embargo, la familia del terrorista ha explicado que no habían detectado ningún síntoma de radicalización y han reconocido que estuvo durante años bajo tratamiento psicológico. "En el último mes llamaba a diario y nos enviaba dinero (...). Llamaba varias veces al día", ha relatado la hermana de Bouhlel. Sin embargo, no detectaron ningún tipo de comportamiento extraño ni una radicalización islamista en estas llamadas. Además, comía cerdo y bebía alcohol, un comportamiento impensable en un islamista radical.

El padre de Bouhlel, Mohamed Mondher, ha explicado en declaraciones a la televisión francesa que buscaron ayuda después de que sufriera una crisis nerviosa. "Tenía problemas psicológicos que le provocaron una crisis nerviosa. Se enfadaba, gritaba, rompía todo lo que tenía a su alrededor", ha explicado Mondher Lahouaiej Bouhlel en declaraciones a TF1 y France 2. "Tuvimos que llevarle al médico", ha indicado.

Un sobrino, Ibrahim Bouhlel, ha subrayado que su tío no tenía problemas de dinero y que les había dicho a sus familiares que tenía previsto viajar a Túnez para celebrar una fiesta familiar.

El autor material: solitario y violento con su mujer

Casado y padre de tres hijos, este conductor transportista se encontraba en proceso de divorcio. El fiscal precisó que aunque era "conocido de la Policía y la Justicia por su historial de amenazas, violencia, robo y degradaciones cometidos entre 2010 y 2016", "nunca había sido fichado ni dio el más mínimo indicio de radicalización". Según su padre, sufrió una depresión hace unos años y no era religioso. "De 2002 a 2004 tuvo problemas que le provocaron una depresión nerviosa. Se volvía colérico, gritaba, rompía todo lo que se encontraba por delante", ha declarado Mohamed Mondher Lahouaiej-Bouhlel frente a su casa de la ciudad de Msaken, en el este de Túnez. El conserje del edificio en el que vivía el matrimonio lo describe como un hombre "muy violento con su mujer".

El ministro de Justicia, Jean-Jacques Urvoas, explicó en un comunicado que el Tribunal Correccional de Niza condenó el 24 de marzo a Boulhel a una pena exenta de cumplimiento, por un altercado en una disputa de tráfico. Previamente, se le había impuesto un control judicial que cumplió en todos sus aspectos y que se levantó el día de esa sentencia. Durante ese control judicial, abonó la fianza de 1.000 euros que se le había fijado, fue a las convocatorias que tenía cada semana en comisaría y no se acercó al hombre con el que tuvo en enero un incidente de tráfico, al que agredió lanzándole un objeto de madera.

El balance de la matanza sigue siendo de 84 muertos y 202 heridos, 26 de los cuales permanecen en estado crítico, cinco de ellos niños. Entre las víctimas mortales figuran diez niños y adolescentes. Dieciséis cuerpos siguen sin ser identificados.

En el hospital Fondation Lenval de Niza, donde fueron ingresados unos 30 menores, "cinco niños siguen en estado crítico, un niño estabilizado y tres con respiración asistida", ha informado este sábado Stéphanie Simpson, la portavoz del centro. Al menos 17 extranjeros murieron en el ataque, entre ellos tres alemanes, dos estadounidenses, tres tunecinos y tres argelinos. El ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha informado hoy de que hay once españoles que aún no han sido localizados en Francia, pero ha dejado claro que no tienen por qué coincidir con las personas que quedan por identificar.

El presidente francés, François Hollande, encabeza esta mañana un nuevo consejo "reducido" con los responsables de la seguridad y la defensa para abordar las consecuencias del ataque. El mandatario ya prorrogó el estado de emergencia tres meses más nada más conocerse el atentado. Dicho régimen, decretado tras los atentados del 13 de noviembre, facilita los registros policiales y el arresto domiciliario de sospechosos.