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AGENCIAS
Miércoles, 6 de abril 2016, 11:40
... El primer ministro de Bélgica, Charles Michel, ha reivindicado la labor de las autoridades y fuerzas de seguridad belgas en la lucha contra el terrorismo, en la que reconoció que ha habido "fallos", pero también "éxitos", y rechazó que su país sea un estado fallido.
"Hemos arrestado a Salah Abdeslam (que participó en los atentados del 13 de noviembre en París) en algunos meses, pero para detener a Bin Laden, hicieron falta diez años", defendió Michel ante la prensa internacional a la que ha convocado a un "diálogo sin filtros" tras las duras críticas que ha recibido el país.
Michel no ha ocultado su preocupación por la mala imagen que se trasmite de Bélgica desde que hace más de un año, cuando el atentado contra el semanario satírico galo Charlie Hebdo dejó al descubierto un rastro de extremismo que se extendía hasta el país, reforzado por la matanza del pasado 13 de noviembre en París y el golpe sufrido por la propia capital belga el 22 de marzo.
Las autoridades de Bélgica están preocupadas por la reputación de Bruselas, una ciudad que suma el 20 % del PIB belga y que depende enormemente del sector servicios que sufre ante la caída de visitantes y turistas, asustados por las imágenes reales de las recientes explosiones y tiroteos, y por la presencia de yihadistas en el distrito de Molenbeek. "Lo que vemos en Bruselas no es lo mismo que lo que se dice de Bruselas, principalmente en la prensa internacional", destacó por su parte el ministro-presidente de la región capital belga, Rudi Vervoort, quien aseguró que la ciudad "sigue de pie, sigue viva".
«No existe el riesgo cero»
El mensaje de Michel hacia el exterior es mixto: por una parte reconoce "errores", que elude concretar, y por otro pide que se valoren los aciertos, a la vez que traslada parte de la responsabilidad de la situación a sus socios europeos a los que solicita una mayor coordinación en materia de seguridad. "Es muy importante que en Bélgica, pero también en Europa, se aumente más la capacidad de nuestros servicios de seguridad (...) lo que significa más equipo, pero también más capacidades para nuestros servicios de inteligencia", dijo.
Michel también recordó que "en ninguna parte existe el riesgo cero" y revivió los golpes que sufrieron otras ciudades como Madrid, Londres, París o Nueva York.
Ante una amenaza que sigue presente, Michel avisó que el espacio Schengen "no puede funcionar si no hay controles muy estrictos en las fronteras externas" para hacer frente a la llegada de desplazados de Libia y Siria, ni sin un mayor control sobre el intercambio de datos de pasajeros dentro de Europa. "Somos un pequeño país en el corazón de Europa. Desde aquí es fácil ir a Berlín, Londres, París... Es un lugar fácil para organizar ataques en otros países, lo que significa que tenemos que trabajar mejor, pero también que hay que aumentar la capacidad de nuestros servicios de seguridad", insistió.
Respecto a las cuestiones internas, el primer ministro liberal de Bélgica aseguró que no ha cometido "ningún fallo político" durante la respuesta a los atentados, motivo que esgrimió para no haber aceptado las renuncias de sus ministros de Interior y de Justicia, Jan Jambon y Koen Geens, respectivamente. "Creo que debemos hacer frente a la tormenta en el barco. Es nuestra responsabilidad", dijo Michel, quien también defendió uno de los rasgos más definitorios de Bélgica, su sistema institucional altamente federalizado, que ha sido duramente criticado por los fallos de coordinación entre organismos y autoridades belgas. "Estoy convencido de que es necesario hacer funcionar las instituciones, en lugar de imaginar una gran reforma del Estado que evitaría mágicamente el riesgo", dijo el primer ministro, quien defendió que "ningún país es perfectamente eficiente".
Respaldó también la "estricta separación de poderes" que se aplica en el país, a la vez que hizo un llamamiento tanto a los belgas como el resto de los europeos para que sean "firmes en la defensa de nuestros valores universales".
Entre ellos, avisó de que "la ley de los hombres está por encima de todas las demás", en una clara alusión a los defensores de la sharia o ley islámica que los yihadistas tratan de imponer.
Prohibido hablar con la prensa
El jurista Sven Mary, abogado del presunto cerebro logístico de los atentados del 13 de noviembre en París, Salah Abdeslam, tiene prohibido volver a hablar con la prensa sobre esos ataques terroristas, según informan medios belgas como De Standaard o La Libre Belgique.
Estos diarios detallan que desde hace unos doce días Mary no está autorizado a hablar con la prensa sobre esos ataques sin haber obtenido previamente el consentimiento del presidente del Colegio de Abogados neerlandófono de Bruselas.
Este órgano ha solicitado al jurista que rechace toda petición de entrevista por parte de los medios de comunicación y ha avisado de que si toma la palabra mañana ante la prensa en la Cámara del Consejo de Bruselas -que interviene en la fase de instrucción de casos penales en Bélgica- se expone a sanciones disciplinarias.
Denuncia contra el Fiscal de París
Está previsto que esa instancia judicial decida sobre la prolongación del encarcelamiento de Abdeslam, que fue detenido en marzo tras cuatro meses a la fuga en el distrito bruselense de Molenbeek, y que se encuentra en la prisión de máxima seguridad belga de Brujas a la espera de ser extraditado a Francia.
El 25 de marzo Mary presentó una denuncia contra el Fiscal de París, François Molins, por violar el secreto de instrucción, al revelar declaraciones realizadas por su cliente tras su detención. Molins explicó en una rueda de prensa que Abdeslam había dicho a los investigadores belgas que estaba presente en los ataques de París y que debía hacerse estallar en el estadio de Francia, pero que "dio marcha atrás". El letrado del presunto terrorista consideró que esas declaraciones constituían "una violación de los derechos de su cliente".
Los abogados de otros sospechosos implicados en los atentados de París -que dejaron el pasado 13 de noviembre 130 víctimas mortales-, como Mohamed Amri o Amza Attout, han recibido las mismas directrices de no hablar con la prensa por parte de la presidencia de su Colegio de Abogados.
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