España teme que el cierre de la ruta de los Balcanes abra otras vías más al sur

El esbozo de acuerdo con Turquía está en la agenda de una reunión ministerial en Bruselas. Dicho país inquieta por la deriva autoritaria del Gobierno de Recep Tayyip Erdogan. Criticado porque amordaza a la prensa opositora, el Ejecutivo islamista y conservador turco es considerado, a veces con resignación, como un aliado estratégico "indispensable" para poner fin a la peor crisis migratoria que atraviesa Europa desde 1945.

"Soy extremadamente crítica. Me preocupa que Turquía ponga bajo tutela un periódico crítico con el Gobierno y tres días después presente una lista de deseos", ha declarado la ministra de Interior austríaca, Johanna Mikl-Leitner. "Me pregunto realmente si aún nos queda un poco de respeto por nosotros mismos y nuestros valores, o si los tiramos por la borda", ha agregado en declaraciones a la radio pública austríaca.

Dudas legales y morales

El plan plantea dudas legales, así como morales. En este sentido se ha pronunciado el luxemburgués Jean Asselborn. "Debemos comprobar la legalidad [del plan], diplomática, política, pero también en su aspecto humano", ha dicho Asselborn al llegar a la reunión. "Si logramos trabajar mejor con Turquía, adelante. Pero debemos ser cuidadosos para que la gente que huye de Alepo (en Siria) y se encuentra ahora en la UE (...) no sea reenviada. Eso me inquieta", ha agregado.

"Las grandes líneas las conocemos, pero el diablo se esconde en los detalles", ha dicho el ministro belga, Jan Jambon. Jambon se ha mostrado asimismo preocupado por la "mala dirección" que toma Ankara en lo que respecta la libertad de prensa, tema que debe ser tratado en las negociaciones de adhesión de Turquía a la UE, que los mandatarios del bloque han acordado acelerar, una de las contrapartidas a la ayuda turca por la crisis migratoria.

El acuerdo con Turquía, que acoge ya a 2,7 millones de refugiados sirios, ha recibido no obstante un pleno respaldo de Alemania, que ha dado un giro radical los últimos meses en su política de puertas abiertas tras recibir en 2015 a un millón de solicitantes de asilo e impulsó el pasado fin de semana el esbozo de este proyecto. Thomas de Maizière, el ministro alemán de Interior, le ha dado un pleno respaldo. "No avanzamos con críticas, sino con resultados concretos", ha dicho defendiendo las medidas que dejarán "caduco el modelo de negocios de los traficantes de seres humanos".

"Las mafias son malas pero no tontas"

Por otra parte, la perspectiva del cierre de la ruta de los Balcanes si avanza el acuerdo con Ankara, utilizada por los inmigrantes que parten de Turquía para llegar a Europa, inquieta también a varios países. "Las mafias son malas pero no tontas, si ven otras rutas las van a utilizar", ha dicho el ministro español, Jorge Fernández Díaz, quien ha pedido que no se desplace el problema.

España teme que el cierre de la ruta de los Balcanes y la del Mediterráneo Central, utilizada por los inmigrantes que parten de Libia hacia Italia en peligrosas travesías, incite a los refugiados a intentar llegar a Europa por el Mediterráneo Occidental, esto es partiendo de Argelia, Marruecos, Mauritania o Senegal.

Fernández Díaz ha confirmado que España ya ha propuesto a la Comisión Europea acoger de inmediato a unos 450 refugiados procedentes de Grecia, Italia y Turquía dentro de los programas de reubicación y reasentamiento comunitarios. "Ya hemos comunicado a la Comisión Europea nuestra intención de proceder a un reasentamiento inmediato desde Turquía de más de 250 personas, en una primera fase", ha explicado. A esa cantidad se sumarían otros 150 demandantes de asilo y otros 50 procedentes de Italia, ha precisado, con lo que el total sería de en torno a 450 personas.

Los traslados, para los que ya hay gestiones, según el ministro, se enmarcan dentro del programa comunitario para la reubicación de 160.000 demandantes de asilo, que tiene un carácter obligatorio y se refiere a refugiados ya en suelo comunitario, y del programa de reasentamiento de 22.000 refugiados, con el estatus ya reconocido por la ONU, que están en países no comunitarios.

España aceptó el año pasado recibir en dos años a alrededor de 9.300 solicitantes de asilo de los 160.000 que se había marcado la UE y a más de 1.400 refugiados del cupo de 22.000 situados en países no comunitarios como Turquía, Líbano o Jordania. El Consejo de Ministros ya aprobó el plan nacional de acogida de 854 refugiados para este año.

Para el ministro italiano, Angelino Alfano, la preocupación es que el cierre de la ruta de los Balcanes lleve a los inmigrantes a buscar llegar a través de Albania y el mar Adriático. "La lógica nos sugiere que se podría abrir una ruta", ha dicho. "Todo el trabajo con Turquía apunta a evitarlo", ha agregado.

La UE y Turquía se encuentran trabajando en los detalles de este plan "antiahogamientos", como lo ha calificado el secretario de Estado belga para la inmigración, Theo Francken, y debería ser finalizado para la próxima cumbre europea del 17 y 18 de marzo.