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efe
Jueves, 28 de enero 2016, 11:25
Para asegurarse de que nada ensombrecía el paso triunfal de Rohaní por París, sus anfitriones franceses decidieron este miércoles por la noche evitar la celebración de la tradicional cena de gala con la que se suele agasajar a los jefes de Estado.
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Antes que renunciar ... a servir vino en la mesa, como exigía la delegación iraní, las autoridades francesas han preferido obviar ese gesto de cortesía. El pasado martes, los dirigentes italianos decidieron cubrir estatuas desnudas durante la visita del líder iraní.
Francia recibió hoy al presidente iraní, Hasán Rohaní, con la firma voluntad de simbolizar el deshielo en las relaciones del país asiático con Europa, que se traducirá en los suculentos contratos que van a anunciarse.
Rohaní llegó esta tarde a París, donde se reunió de manera informal con una delegación de los más importantes empresarios franceses y con el ministro galo de Economía, Emmanuel Macron, aunque el día grande de su visita oficial será mañana jueves.
El presidente francés, François Hollande, recibirá en el Palacio del Elíseo al iraní, primer presidente de ese país que viaja a Francia desde hace 17 años, que cierra de esa manera su minigira por Europa que le llevó anteriormente a Italia.
El viaje de Rohaní estaba en un principio previsto para el pasado 17 de noviembre, pero hubo de suspenderse por los atentados yihadistas del 13-N en París y Saint Denis.
Fuentes del Elíseo destacaron que la visita marca "la profundización de un diálogo político exigente entre Francia e Irán", al tiempo que recordaron que "pese a las tensiones políticas, los puentes entre ambos países nunca se han roto del todo".
Además, apuntaron el relevante contexto político del viaje, que tiene lugar menos de un mes antes de la celebración de las elecciones legislativas en Irán.
La jornada comenzará con una entrevista con la directora general de la Unesco, Irina Bokova, para inmediatamente después ser recibido de manera oficial en el palacio de los Inválidos por el ministro de Exteriores, Laurent Fabius.
Tras ser recibido por Hollande en el Elíseo, ambos comparecerán ante la prensa.
Pero más allá del contenido diplomático del viaje, la reaparición de Irán en el concierto internacional vendrá marcada por la intensa agenda económica de la visita.
Rohaní desembarca en París rodeado por dos vicepresidentes y nueve ministros, casi todos ellos de carácter eminentemente económico, y por una delegación de empresarios que mantendrán reuniones con la patronal francesa, Medef, auspiciadas por la presencia del primer ministro, Manuel Valls.
Todo hace prever que se anuncie un importante pedido por parte de Irán de 114 aviones de Airbus, con los que pretende renovar la maltrecha flota de "Iran Air", muy castigada por las sanciones internacionales debido al programa nuclear iraní.
Según la prensa francesa, también se suscribirá un acuerdo entre PSA Peugeot-Citröen y la iraní Iran Khodro para la creación de una compañía conjunta que permita al constructor francés volver a Irán.
Está previsto que la nueva compañía produzca unos 200.000 vehículos al año con la utilización exclusiva de piezas locales y que los primeros automóviles estén listos ya para la venta en 2017.
Para asegurarse de que nada ensombrece el paso triunfal de Rohaní por París, sus anfitriones han decidido evitar la celebración de la tradicional cena de gala con la que se suele agasajar a los jefes de Estado.
Antes que renunciar a servir vino en la mesa, como exigía la delegación iraní, las autoridades francesas han preferido obviar ese gesto de cortesía.
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