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iñigo gurruchaga
Londres
Domingo, 13 de diciembre 2020
La Unión Europea y Reino Unido extenderán «una milla más» la larga negociación de un acuerdo de libre comercio, según confirmaron este domingo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro británico, Boris Johnson, en un comunicado conjunto. ... La decisión es producto del aparente acercamiento de posiciones sobre los mecanismos de supervisión y sanciones en el área de la competencia justa.
«Hemos mantenido esta mañana una conversación telefónica útil», dice el comunicado. «Nuestros equipos negociadores han trabajado día y noche en los últimos días y, a pesar del agotamiento tras casi un año de negociaciones y de que los plazos se han incumplido una y otra vez, creemos que es responsable en este momento recorrer una milla más. En consecuencia, hemos ordenado a nuestros negociadores que continúen las conversaciones para ver si puede alcanzarse un acuerdo aunque sea tan tardíamente».
Fuentes comunitarias y británicas ya habían adelantado esta semana que el único plazo real es el 31 de diciembre, cuando termina la fase de transición en la que Reino Unido permanece en el mercado común y la unión aduanera. La aprobación del acuerdo por los Parlamentos europeo y británico puede ser rápida, y expertos en procedimientos de la UE han afirmado que existen vías técnicas para la aplicación del acuerdo de forma provisional, antes de la ratificación por su Cámara.
La extensión podría justificarse por la renuncia de la UE a una cláusula introducida hace diez días por el equipo negociador de Michel Barnier, en un borrador del tratado, en el capítulo sobre competencia justa. Dicha condición establecía los mecanismos de respuesta a la divergencia de una de las partes en regulaciones laborales o medioambientales que ahora son idénticas.
El Gobierno británico consideró inaceptable que la UE se adjudique el papel de juez y parte, dando a Bruselas un derecho automático a sancionar a Londres con aranceles genéricos, si las regulaciones británicas no copiasen en un breve plazo cualquier decisión en esas áreas tomada por la Unión. Boris Johnson añadió a los medios británicos, tras la publicación del comunicado, que las posiciones permanecen «muy alejadas» y que «lo más probable» es una marcha sin acuerdo.
El acercamiento se fundaría en la discusión sobre mecanismos que no sean unilaterales o tan genéricos. Von der Leyen, al final del Consejo Europeo, este viernes, defendió la competencia justa como esencial para el acceso al mercado común. Y añadió: «Pero eso no significa que Reino Unido deba seguirnos siempre. Si nosotros decidimos elevar nuestra ambiciones medioambientales, será libre de decidir qué quiere hacer y nosotros adaptaremos en consecuencia las condiciones de acceso al mercado común; y viceversa».
Le negociación de un mecanismo de consulta previa y de arbitraje para resolver este problema no es compleja, según expertos en Derecho Comercial. Los tratados convencionales incluyen ese tipo de cláusulas, pero la UE querría evitar una incertidumbre continua sobre las intenciones británicas o lentos mecanismos de resolución. Reino Unido quiere el mayor nivel de soberanía sobre las decisiones futuras mientras se compromete verbalmente a mantener las regulaciones actuales.
El otro asunto que bloquea el logro de un acuerdo sería la pesca. Londres ha movilizado a cuatro buques para estar en alerta, en previsión de que no haya acuerdo y pesqueros de la UE entren en aguas británicas. De hecho, pesqueros franceses capturan el 84% del bacalao en el Canal de la Mancha y vieiras dentro de las doce millas marítimas del sudeste de Inglaterra.
Ian Napier, de la Universidad escocesa de las Tierras Altas y las Islas, calcula que barcos de la UE de 27 descargaron 860.000 toneladas pescadas en la zona económica de Reino Unido, en 2018, mientras que los británicos capturaron ese año 555.000 en su zona y otros 102.000 en aguas de la UE de los 27. Reino Unido quiere ser la única autoridad en la adjudicación de licencias tras culminar el 'brexit'.
La negociación exitosa de un acuerdo comercial permitiría la firma del tratado que incluiría la colaboración en otras áreas importantes, como las que afectan a las instituciones judiciales o a las fuerzas de seguridad, a programas de investigación o transferencia de datos, entre otras. Un acuerdo no alteraría el previsible atasco del transporte de mercancías en las fronteras a partir del 1 de enero, aunque reduciría la complejidad de los trámites de importación y exportación
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