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Rafael M. Mañueco
Corresponsal. Moscú
Jueves, 29 de noviembre 2018, 17:58
En el Kremlin han hecho de tripas corazón, tratando de mostrar indiferencia ante la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de cancelar el encuentro que tenía previsto con su homólogo ruso, Vladímir Putin, este sábado en Buenos Aires. «Sólo hemos visto ... el tuit (de Trump) y lo que dan los medios, pero no hemos recibido notificación oficial. Si así fuera, entonces el presidente (Putin) tendrá un par de horas adicionales para celebrar reuniones provechosas al margen de la cumbre» del G-20, declaró este jueves el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
«Basándome en el hecho de que los barcos y los marineros no han sido devueltos a Ucrania por Rusia, he decidido que sería mejor para todas las partes concernidas cancelar mi reunión previamente programada en Argentina con el presidente Vladímir Putin. Espero volver a tener una cumbre significativa (con él) tan pronto como se resuelva esta situación», escribió Trump en su cuenta de Twitter mientras volaba con destino a Buenos Aires.
Based on the fact that the ships and sailors have not been returned to Ukraine from Russia, I have decided it would be best for all parties concerned to cancel my previously scheduled meeting....
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 29 de noviembre de 2018
Una hora antes de subirse al avión, el presidente norteamericano había asegurado que se vería con Putin «probablemente», pero que se proponía examinar a fondo durante el viaje lo sucedido el domingo junto al estrecho de Kerch, cuando guardacostas rusos capturaron violentamente tres navíos de la Marina ucraniana con su respectivas tripulaciones.
Y es que Rusia no cede en su presión militar a Ucrania. Kiev ha denunciado el bloqueo de los puertos ucranianos de Mariúpol y Berdiansk, en el mar de Azov. El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, pidió este jueves ayuda a la OTAN para frenar la agresividad de Moscú. El ministro de Infraestructuras de Ucrania, Vladímir Omelián, explicó a través de su cuenta de Facebook que buques rusos impedían la entrada y salida de embarcaciones en Mariúpol y Berdiansk. Según Omelián, había 35 barcos ucranianos inmovilizados y sólo a los de bandera rusa se les permitía surcar el mar de Azov hacia sus puertos.
El ministro señaló además que 18 buques esperaban para poder entrar en el mar de Azov desde el mar Negro, con destino a Mariúpol y Berdiansk, y otros 9, para salir a través del estrecho de Kerch. «El objetivo es sencillo, imponiendo un bloqueo en los puertos ucranianos del mar de Azov, Rusia confía en expulsar a Ucrania de su propio territorio, un territorio que es nuestro de acuerdo con las leyes internacionales», denunció Omelián.
Horas antes, en declaraciones al diario germano 'Bild', Poroshenko pidió ayuda a la Alianza. «Alemania es uno de nuestros aliados más estrechos y esperamos que dentro de la OTAN haya Estados dispuestos a enviar buques militares al mar de Azov para apoyar a Ucrania y garantizar la seguridad», dijo el líder ucraniano. A su juicio, «no podemos tolerar esta política agresiva de Rusia. Primero fue Crimea, después el este de Ucrania y ahora quiere el mar de Azov. Alemania debería preguntarse qué será lo próximo que hará Putin si no le frenamos».
Poroshenko exigió además a Rusia que libere de inmediato a los 24 marinos ucranianos capturados el domingo y acusó a Kremlin de pretender «la anexión de toda Ucrania». Esos marinos fueron trasladados este jueves desde Crimea al centro de detención preventiva de Lefórtovo, en Moscú.
En el Kremlin este jueves negaban que exista bloqueo alguno en el mar de Azov. Dmitri Peskov aseguró que «el estrecho de Kerch está abierto al tráfico marítimo, incluyendo a los barcos ucranianos». En el marco de un foro económico germano-ucraniano, la canciller alemana, Angela Merkel, llamó en Berlín a respetar la soberanía de Ucrania. Recordó que los países firmantes del Memorando de Budapest de 1994 (Estados Unidos, Reino Unido y Rusia) se comprometieron entonces a «garantizar la integridad territorial» de Ucrania a cambio de deshacerse de sus armas nucleares.
«Tenemos la obligación de cumplir con lo que una vez prometimos», dijo Merkel, que también exigió a Moscú la liberación de los prisioneros. Pero pidió además «sensatez» e «inteligencia» a Kiev, ya que, según su opinión, la crisis debe ser solucionada «por la vía del diálogo, no por la militar». El presidente ucraniano dijo el martes que, tras el incidente en el estrecho de Kerch, «intenté hablar con Putin por teléfono, pero me fue imposible (...) tuve que pedirle a Merkel que lo hiciera ella de mi parte». Este jueves, Peskov aclaró que «Rusia no necesita mediadores para hablar con Ucrania». Lo cierto es que Putin no da señales de querer diálogo.
Pese a ello, Alemania no enviará ningún buque de guerra al mar de Azov y la OTAN señala que ya tiene navíos en el mar Negro y no aumentará su número por el momento. Mientras tanto, el comandante en jefe de la Marina ucraniana, Ígor Voronchenko, aseguró que su país pedirá a la Comunidad Internacional el cierre del estrecho del Bósforo a los navíos rusos.
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