Fin a los test gratuitos en una Inglaterra con auge de casos

El fin de los test gratuitos para todo el público y de la exigencia de certificados de vacunación en algunos establecimientos son el eslabón final del plan, en Inglaterra. Gales, Escocia e Irlanda del Norte avanzan con más lentitud en la misma dirección. Los test, disponibles hasta ahora en farmacias, bibliotecas, consultorios médicos,... alentaban a los positivos a aislarse. El Gobierno espera que la población sea responsable sin el aval del test.

La consejera delegada de la Agencia de Seguridad en la Salud(UKHSA), Jenny Harries, ha recordado que la pandemia no ha terminado y que la covid plantea riesgos, particularmente porque los casos aumentan. Por eso, recomienda- cambiando el tono empleado en febrero- que la gente lleve máscaras en espacios cerrados, que los mantenga ventilados y que se aparte de otros si tiene síntomas.

Las cifras para el conjunto del Reino Unido, actualizadas a este miércoles, dan una cifra de 535.248 positivos en los siete días anteriores, incluyendo el 30 de marzo. En algunos días, la cifra de positivos ha igualado las del pico reciente, en enero como consecuencia de la rápida expansión de la variante Ómicron. Pero la curva, con un descenso de 12.6% con respecto a la semana anterior, apunta hacia abajo.

La pauta es reconocible con respecto a otros episodios de la pandemia. El pico de enero fue superado y el aumento desde unos 33.000 positivos se ha producido en aparente correlación con la eliminación de restricciones al final de febrero. Ahora vuelven a descender los positivos, pero aumentan un 21.3% los fallecimientos(1.097 en una semana) y un 11.6% las hospitalizaciones(15.906).

Un miembro del comité científico asesor del Gobierno, Matt Keeling, advierte en el 'Daily Mail' de que, «con la retirada de los test gratuitos, se pierde la capacidad de la población de evaluar y responder al riesgo de infección». Otros señalan a la falta de protección cuando surjan nuevas variantes. Epidemiólgos que apoyan la política oficial confían en la barrera que levantan vacunas y anticuerpos para evitar una crisis hospitalaria, y creen que la información es suficiente para que la gente decida su conducta.