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Zigor Aldama
Domingo, 6 de marzo 2022, 00:48
Basta echar un vistazo al mapa de las bases militares estadounidenses en Asia para confirmar que China está sitiada. Eso explica que haya disparado su presupuesto militar. Pero no para aumentar el número de sus efectivos, que se ha ido reduciendo, sino para mejorar su ... tecnología bélica. De ese esfuerzo han salido cazas como el J-20, misiles hipersónicos, y sus primeros portaaviones.
«Tras el 'siglo de humillación', China quiere recuperar el lugar que le corresponde. Ha dejado de ser un imitador tecnológico para innovar», asegura Jesús A. Nuñez, codirector del IECAH. Pero añade que aún está lejos de alcanzar a la tecnología estadounidense. Eso sí, Afganistán ha demostrado que Washington «ha perdido credibilidad como el garante de la seguridad», razón por la que los taiwaneses temen una posible invasión china. «China está avanzando mucho en el terreno espacial, porque ahí podría destrozar muchas capacidades del enemigo», comenta Nuñez.
Rusia está cada vez está más rezagada, pero cuenta con un arsenal nuclear muy superior. «Se hablaba mucho de la guerra híbrida, pero al final hemos visto que la convencional sigue importando», explica Nuñez, que ve a Occidente adoptando una estrategia «para que Putin se empantane en Ucrania y evitar que siga expandiéndose».
Aunque el analista condena sin paliativos la invasión, denuncia también la doble vara de medir de Occidente: «Criticamos que Rusia denuncie la expansión de la OTAN, ¿pero qué haría Estados Unidos si Putin alcanzase un acuerdo de seguridad con México?».
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