Iván Mata

Stéfanos Kaselakis, un extraño en Atenas

Perfil ·

El nuevo dirigente de la izquierda griega es un empresario neoliberal crecido en Estados Unidos

Domingo, 5 de noviembre 2023, 00:25

La democracia nació en Atenas en el siglo V antes de Cristo y su Estado moderno nos demuestra que las urnas alumbran todo tipo de fenómenos y extrañas paradojas. Los vaivenes políticos de Grecia establecen insospechados giros de 180 grados. El último ha conducido a ... su izquierda radical hasta las manos de Stéfanos Kaselakis, joven de ideología neoliberal con el aspecto curtido de un rubicundo nativo de Wisconsin. La imagen tampoco es tan engañosa. El nuevo líder de la oposición es hijo de cretenses, pero ha crecido en Estados Unidos y, recientemente, ha regresado a su país.

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La primera sorpresa se produjo en el seno de Syriza, su partido. A finales del pasado mes de agosto este desconocido se postuló como candidato a sustituir a Alexis Tsipras frente Efi Ajtsioglu, ex ministra de Trabajo e impulsora de importantes medidas laborales. La contienda interna resultó bronca e, inesperadamente, el recién llegado obtuvo el 57% de los sufragios y venció a un miembro del aparato del partido. La revolución se había consumado.

El triunfo de Kaselakis, de 35 años, se puede relacionar, en principio, con su origen. El aspirante forma parte de una extensa diáspora. Las familias helenas suelen contar con miembros residentes en Gran Bretaña, Australia, Canadá y Estados Unidos, con un colectivo de expatriados que ronda los 1,2 millones. Su historia es la exitosa segunda generación. El nuevo líder estudió Economía en la Universidad de Pensilvania y trabajó en 2009 nada menos que en el departamento de gestión de riesgos de Goldman Sachs, uno de los desencadenantes de la crisis económica que afectó especialmente a su tierra natal.

No se trata de su primera incursión política. Nuestro protagonista participó como voluntario en las primeras elecciones presidenciales de Joe Biden y colaboró con el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington, un reputado 'think tank'. Tras este periplo periférico por la Administración y su experiencia en el sector financiero, Kaselakis siguió una acendrada tradición helena y fundó la Swift Bulk, su propia compañía naviera, radicada oficialmente en las islas Marshall y con oficinas en Nueva York. El promotor seguía los pasos de Aristóteles Onassis, Stavros Livanos y Stavros Niarchos, legendarios magnates locales.

El líder de Syriza estudió Economía en Pensilvania y trabajó en 2009 en Goldman Sachs

Ahora bien, el encaje del currículo de este individuo en Syriza, acrónimo de la Coalición de Izquierda Radical, resulta sumamente extraña. Algunas voces hablan de una situación de estricta supervivencia. La alianza nació hace diez años y tan sólo dos después de su creación llegaba al poder en una coyuntura nefasta para Grecia. Alexis Tsipras llevó a cabo la cuadratura del círculo para dirigir la reforma de la economía, afectada por graves desequilibrios. El Estado recibió 290.000 millones de euros de la Unión Europea para evitar la bancarrota y hace tan sólo cuatro años que se despojó de su tutela.

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La democracia griega es caprichosa, sin duda. El primer ministro sometió a examen un primer plan de rescate, rechazado por la población, que, poco después, fue reemplazado por otro aún más duro que debió implementar. El coste humano fue muy elevado, pero se consiguieron éxitos como la recuperación del sector bancario. No obstante, el PIB heleno sigue aún por debajo del obtenido hace quince años.

El esfuerzo de Tsipras, y su rápido desgaste, lo condujeron a la derrota en los comicios de 2019, ganados por la derecha. Las legislativas del pasado mes de junio afianzaron la tendencia con un 40% de los votos para el partido gobernante y tan sólo el 20% para los progresistas. El opositor renunció a su cargo. El actual miedo de Syriza es el de verse superado por los partidos tradicionales, menos afectados por el proceso de transición, y convertirse en una formación irrelevante. Ahora, dentro de la izquierda, ha de enfrentarse a la rápida recuperación del Pasok, el partido socialista, y el comunista KKE.

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Por los derechos sociales

La elección del forastero puede ser una manera de conjurar el peligro. El dirigente ofrece una imagen renovada, moderna y atractiva, ajena a la historia reciente, aunque el programa exhibido no parece ir más allá de grandes titulares. Sus aspiraciones se centran en el capítulo de los derechos sociales, como el matrimonio homosexual en un país que tan sólo reconoce la unión civil de personas del mismo sexo, o el fin del servicio militar obligatorio. La nueva voz de la izquierda es gay y convive con su pareja.

El opositor llegado del otro lado del Atlántico ofrece una imagen renovada, ajena a la historia reciente del país

La capacidad para ilusionar a un electorado exhausto marcará el futuro del opositor llegado del otro lado del Atlántico. La población sufre aún las consecuencias de la recesión junto a los efectos de la actual inflación, y está considerada la tercera de Europa con mayor riesgo de caer en el abismo de la pobreza.

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La trayectoria de Kaselakis puede ser fructífera o corta, si las tensiones generadas en el partido dan lugar a rupturas, o fracasa estrepitosamente en las elecciones europeas del próximo mes de junio. Si es así, posiblemente, regresará a Nueva York para contraer matrimonio con su novio, el enfermero estadounidense Tyler McBeth. Quizás no pueda detener la decadencia de su formación, pero, sin duda, celebrará una gran boda griega.

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