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Iñigo Fernández De Lucio
Jueves, 29 de diciembre 2022, 11:37
Rusia lanzó este jueves uno de los mayores ataques con misiles hasta la fecha contra infraestructuras energéticas ucranianas distribuidas por todo el país, incluida la capital. El Gobierno de Kiev aseguró haber derribado 54 de los 69 proyectiles -en un inicio se informó de que ... habían sido 120- y drones bomba lanzados por las fuerzas del Kremlin desde mar y aire. Sin embargo, los daños en puntos críticos fueron suficientes para provocar graves cortes de electricidad y agua en varias regiones.
En Leópolis, en el oeste del país, el 90% de la ciudad se quedó sin suministro eléctrico. «Los tranvías y trolebuses ya no funcionan, podría haber cortes de agua», dijo el alcalde, Andriy Sadovy. En Kiev, blanco habitual de los misiles rusos, el 40% de los residentes estaba sin luz. Este jueves 16 proyectiles fueron dirigidos contra la capital, pero la defensa aérea derribó todos.
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No obstante, los restos de los aparatos interceptados causaron tres heridos. Los ataques también dañaron infraestructuras en la ciudad portuaria de Odesa (sur), en Zitomir (norte) y en Járkov (noreste). Tras los ataques «sin sentido», el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, advirtió de que «no habrá impunidad para los crímenes de guerra» cometidos por Rusia sobre Ucrania.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, así como varios institutos que realizan seguimiento diario de la guerra, habían advertido de que Rusia preparaba para fin de año una nueva oleada de misiles. «Con la llegada de la temporada navideña, los terroristas rusos pueden volver a estar activos», dijo hace unos días. «Desprecian los valores cristianos y cualquier valor en general», subrayó.
El de este jueves es el décimo ataque de estas características desde septiembre, cuando, tras varios reveses en el campo de batalla –marcados por la pérdida de Jersón, en el sur, y la feroz contraofensiva ucraniana en el este–, el Kremlin cambió su estrategia militar y concentró sus esfuerzos en destruir las infraestructuras energéticas. Con la llegada del invierno, la población ucraniana padece los constantes cortes de electricidad y agua con temperaturas bajo cero.
La ofensiva rusa, además, llegó apenas unos días después de que un dron ucraniano matase a tres militares en una base aérea situada en el corazón de Rusia, a cientos de kilómetros del frente. Fue el segundo ataque de estas características contra la misma base en apenas un mes. En ambas ocasiones Kiev dejó entrever, sin confirmarla, su autoría; y en ambas ocasiones el Kremlin respondió con una oleada de misiles contra puntos energéticos.
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