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diana martínez
Viernes, 17 de junio 2022, 19:05
Rusia asesta un nuevo golpe a Occidente con su mejor arma: el cierre del grifo del gas. El presidente, Vladímir Putin, aumenta la tensión con más reducciones de su suministro a los países comunitarios, cuyos líderes tachan la acción de «chantaje». A una semana de ... cumplirse cuatro meses desde que Moscú invadió Ucrania, la guerra se libra en tierra y también en el mercado global, donde el Kremlin juega con la vulnerabilidad energética de la Unión Europea. Polonia, Bulgaria, Finlandia, Países Bajos y Dinamarca han sufrido cortes completos, mientras que Alemania, Austria e Italia han visto reducido fuertemente el flujo. Francia, por su parte, ya no recibe ni un solo metro cúbico.
Europa consume como media un 40% de gas procedente de Rusia. La cifra aumenta en casos como Alemania, que alcanza el 55%, y en Bulgaria, con hasta el 85%. Francia depende recibe el 17%, aproximadamente. En este país desde principios de año el suministro cayó un 60% y ahora se ha reducido a cero. El miércoles se «interrumpió el flujo físico entre Francia y Alemania», según anunció este viernes el operador de la red gala GRTgaz, que desconoce la causa del corte, aunque tiene lugar justo cuando la compañía Gazprom reduce considerablemente la entrega hacia Berlín a través del gasoducto Nord Stream 1.
No obstante, el Gobierno de París no prevé ningún tipo de afección por el momento, en gran parte debido al aumento del gas natural licuado (GNL) hasta un 66%. De hecho, GRTgaz confirmó que las reservas están cubiertas al 56%.
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Italia, que recibe un 40% de gas ruso, también ha sufrido un nuevo golpe energético. La firma Eni señaló este viernes que Gazprom ha suministrado solo un 50% de los «63 millones de metros cúbicos» solicitados. El revés viene un día después de que el jefe del Gobierno, Mario Draghi, acusara a Moscú de mentir por achacar la reducción del abastecimiento europeo a trabajos de mantenimiento. «Hay una utilización política», remarcó.
Draghi se refiere al motivo que dio Gazprom acerca del último recorte a los países comunitarios. Argumentó que por una avería se vio obligado a paralizar un equipo del grupo alemán Siemens, presente en el gasoducto. Berlín, principal consumidor del mismo, denunció que se trata de una «decisión política» y un «pretexto» de Putin por la guerra.
Eslovaquia también criticó haber recibido solo el 50% del suministro pedido. Su proveedor de energía, la empresa SPP, ha denunciado en las últimas jornadas que los envíos han ido bajando de forma paulatina. El martes disminuyeron en un 10%, al día siguiente un 15% y el jueves más del 30%.
El Kremlin, por su parte, niega que haya un trasfondo extraño. «Solo sabemos que hay un problema con las turbinas», dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dimitri Peskov, por las críticas recibidas tras reducciones en el flujo hacia Italia y especialmente hacia Alemania, a través de Nord Stream. En este último caso, los recortes implican pasar de importar 167 millones de metros cúbicos diarios a solo 67. La situación es grave y el ministro de Economía germano, Robert Habeck, ha hecho un llamamiento a la población para que ahorre energía. «Cada kilovatio hora nos ayuda», resaltó.
Mientras, entre los objetivos primordiales de Occidente está terminar paulatinamente con la dependencia rusa y contar con otras opciones energéticas. En ese sentido, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, apeló este viernes a un mayor uso de las energías renovables. «El brutal y no provocado asalto de Rusia a su vecina Ucrania ha alimentado una crisis energética mundial y ha agudizado la necesidad de lograr una seguridad energética a largo plazo», dijo.
Desde Gazprom defienden su postura de reducir cada vez más las entregas de gas a Europa desde el inicio de las sanciones occidentales contra Moscú a raíz de la guerra en Ucrania, a punto de cumplir los cuatro meses. «Es nuestro producto, son nuestras reglas. No jugamos respetando reglas que no hemos fijado», declaró el responsable de la compañía, Alexéi Miller, quien afirmó que «Rusia es un suministrador de energía fiable para los amigos de Rusia».
En cuanto al «motivo» de los últimos recortes (una avería en un equipo del grupo alemán Siemens), Miller señaló que no existe una solución temprana al daño. «La turbina está en la fábrica, Siemens no puede recogerla y las demás turbinas no encajan», explicó.
Por ello, el responsable de Gazprom dejó caer la posibilidad de emplear el gasoducto Nord Stream 2, cuya construcción ya terminó aunque no está operativo debido a las sanciones impuestas contra Rusia.
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