Putin se disculpa por el «incidente» del avión azerbaiyano pero descarta responsabilidades

La primera reacción del mandatario a la catástrofe aérea ha tenido lugar tres días después de que se produjera y con indicios acumulados sobre el impacto de un proyectil antiaéreo como el desencadenante. Ucrania puso esta teoría sobre la mesa el mismo día del siniestro y a continuación se han agregado otros países y analistas occidentales, aunque la investigación sigue abierta. Estados Unidos secundó el viernes que los orificios en el fuselaje, los testimonios de testigos y supervivientes y el sonido previo de explosiones sugiere la posibilidad de un misil. Moscú, por su parte, ha mantenido hasta ahora la hipótesis de la niebla y el choque con una bandada de pájaros como la causa probable y anteayer insinuó que un dron ucraniano pudo impactar con el aparato.

El avión, un modelo Embraer 190, tenía a su cargo la ruta entre Baku y la capital chechena, Grozni. Después de dos horas en las que sobrevoló el mar Caspio, fue desviado al aeropuerto de Majachkalá, en el Daguestán ruso, y a continuación a la ciudad kazaja de Aktau. Antes de llegar se estrelló partido en dos mitades, aparentemente tras registrar una explosión en el aire. Las modificaciones de la ruta se atribuyeron en un primer momento a las adversas condiciones meteorológicas, especialmente la niebla, aunque alguna fuentes han señalado que la situación de riesgo bélico en Grozni pudo forzar el desvío. El vuelo 8243 llevaba 67 pasajeros a bordo. Sobrevivieron 29, la mayoría con heridas graves.

El Kremlin desveló que fue Putin quien descolgó el teléfono para llamar a Aliyev. Le transmitió sus «disculpas» por una tragedia ocurrida en el espacio aéreo ruso y envió sus condolencias a las familias de las víctimas, a las que prometió una investigación «objetiva y transparente» hasta el final. De hecho, precisó que Moscú ha abierto una «causa penal» y ya «se está interrogando a especialistas civiles y militares».

Putin también admitió que mientras el avión se acercaba a su destino original, «en ese mismo momento, las ciudades de Grozni, Mozdok y Vladikavkaz estaban siendo atacadas por drones de combate ucranianos, y el sistema de defensa aéreo ruso» los «repelió». No admitió que un misil de estas baterías alcanzara la aeronave, pero por primera vez una autoridad del Kremlin reconoce que estaban en funcionamiento. Rusia mantiene un poderoso enjambre de defensas antiaéreas en Crimea, la frontera con Ucrania y, desde luego, Moscú. Este sistema destruyó este sábado sesenta drones ucranianos en las regiones de Belgorod, Voronezh y Rostov.

Los investigadores azerbaiyanos centran sus sospechas en que un misil ruso derribó el vuelo 8243. La oficina del presidente mantuvo esta hipótesis en el comunicado que difundió poco después de la conversación con Putin. «El presidente Ilham Aliyev destacó que el avión se topó con interferencias físicas y técnicas externas mientras se encontraba en el espacio aéreo ruso, lo que resultó en una pérdida total de control», detalla la nota sobre el diálogo de los dos mandatarios.

Aliyev destacó el «coraje y la profesionalidad» de los pilotos, que pudieron ejecutar un difícil y terrible aterrizaje de emergencia y salvar la vida de casi una treintena de pasajeros. Y subrayó ante Putin que «los múltiples agujeros en el fuselaje del avión», las lesiones de los pasajeros y la tripulación «debido a partículas extrañas que penetraron en la cabina» y los testimonios de los supervivientes «confirman» un móvil externo. Una declaración enfática que demostraría el malestar del Gobierno azerbaiyano, su deseo de no mostrar debilidad ante el gigante ruso y el rechazo a que el Kremlin se apropie del discurso sobre el siniestro De hecho, Moscú ya intentó en su comunicado de este sábado deslizar la sensación de unidad entre Rusia, Azerbaiyán y Kazajistán al asegurar que sus agencias de investigación «están cooperando estrechamente».

No es sencillo que Putin pida disculpas públicamente. Pocos recordarán si lo ha hecho alguna vez. Cabe pensar que tampoco ahora ha sido así, pues no ha reconocido culpa o responsabilidad alguna ni tampoco ha prometido resarcimientos. Pero en su actitud es posible que haya pesado el hecho de que Azerbaiyán se muestra neutral ante la invasión de Ucrania y representa una potencia del Cáucaso, con notables recursos energéticos y buenas relaciones comerciales con Moscú y Occidente. Fronteriza con Irán, es además importante para los rusos porque supone su entrada hacia Oriente Medio. Y, finalmente, Putin se lo debía a Aliyev, quien se disculpó ante él en 2020 después de que el ejército azerbaiyano derribase por error un helicóptero militar ruso.

El accidente del avión de Azerbaijan Airlines ha supuesto, por otra parte, la suspensión de vuelos por al menos cuatro compañías de Israel, Turmekistán, Dubai y Kazajistán. Alegan el peligro sobre las aeronaves comerciales en las zonas rusas en combate.