Las protestas por las restricciones recorren Europa

En los países europeos ya han muerto alrededor de 278.000 personas y más de 10,4 millones se han contagiado. El número de nuevos casos registrados ha aumentado en un 41% en una semana, lo que podría colapsar los hospitales y ha empujado a los mandatarios a restringir de nuevo la libertad de movimiento y a cerrar sectores de la economía.

Ante el temor a un agudo desastre social, la oposición a las restricciones ha provocado multitudinarios enfrentamientos en grandes ciudades en los últimos días. En Italia, reconfinada desde el viernes durante un mes, aumenta la ira de los comerciantes considerados no esenciales, que están obligados a cerrar. Por ello, cientos de manifestantes -hosteleros, comerciantes, taxistas y trabajadores de los sectores más afectados- salieron este fin de semana a las calles para mostrar su rechazo a las medidas restrictivas. Las protestas, aunque empezaron siendo pacíficas, desembocaron en las últimas horas en disturbios violentos.

Concretamente en Turín, un grupo de ultras encapuchados tomaron las calles cuando cayó la noche de ayer, rompieron escaparates y saquearon algunas tiendas, por lo que la Policía se vio obligada a usar gas lacrimógeno en la céntrica plaza Castello para dispersarles. La misma imagen se vio en Milán.

La dura réplica contra las medidas sanitarias que coartan las libertades de la población sacude asimismo Francia. El confinamiento ha empujado a cientos de personas a echarse a la calle pidiendo libertad, donde grupos radicales han protagonizado diversos actos vandálicos durante las protestas, como saqueos y destrozos en las avenidas.

Los países europeos vislumbran con atención la contundente respuesta de la población, ahora que refuerzan las medidas restrictivas para contener el avance del coronavirus. En Reino Unido, el país más golpeado en el Viejo Continente con al menos 46.555 muertos, el nuevo confinamiento anunciado en Inglaterra a partir del jueves y hasta el 2 de diciembre podría prolongarse, según el ministro Michael Gove, lo que alimenta la angustia de los sectores económicos.

Otros países también han endurecido las restricciones, como en Portugal, Alemania y Austria, cuyas poblaciones tampoco las aceptan de buen grado.