Enmascarados se llevan a otro miembro de la oposición bielorrusa

Según aseguró el servicio de prensa de su grupo de oposición en la red de mensajería Telegram, «Maxim Znak vino a la oficina para participar en una videoconferencia a la cual finalmente no se sumó. Sólo pudo enviar una palabra, 'máscaras'». El grupo publicó también una foto del abogado, de 39 años, conducido por hombres enmascarados vestidos de civil. Los hechos ocurrieron en la capital, Minsk.

En circunstancias idénticas se perdió el contacto el lunes con María Kolésnikova, que forma parte también del presídium y apareció de nuevo el martes, en la frontera con Ucrania, para ser deportada a la fuerza. Algo que no fue posible porque Kolésnikova rompió su pasaporte. En este momento permanece arrestada en Minsk.

Tras la detención de Znak, Alexiévich es la única dirigente de ese grupo aún en libertad en Bielorrusia. Los otros están detenidos o en el exilio. La escritora, de 72 años, denunció ante la prensa que hombres sin identificar estaban apostados ante su domicilio y que llamaban constantemente a su interfono.

Las movilizaciones contra el triunfo de Lukashenko en las presidenciales del 9 de agosto, considerado un fraude, continúan a pesar de todo pero el mandatario sigue firme en su intención de no ceder. Cuenta con todo el apoyo del presidente ruso, Vladímir Putin, que le ha prometido enviar fuerzas policiales si fuera necesario y con quien ultima un gran plan de integración de ambos países en un «Estado Unitario». Una reunión de los dos dirigentes en Moscú está ya en preparación y tendrá lugar en breve.

En una entrevista concedida a varios medios de comunicación rusos Lukashenko admitió el martes que «efectivamente, es posible que haya estado en la poltrona de la Presidencia demasiado tiempo (...) pero soy el único capaz de proteger a los bielorrusos y la soberanía de nuestro país».

El dictador bielorruso dejó claro también que no se reunirá con la oposición, patrocinada según él por Estados Unidos, ni negociará nada con ella y que su intención es reformar la actual Constitución para transferir parte de sus poderes al Parlamento. Después, Lukashenko dice no descartar nuevas elecciones.