Cuando el ejército ruso asediaba Járkov, segunda ciudad de Ucrania, al comienzo de la invasión, esta joven periodista, Laura de Chiclana, estaba allí. Viendo caer las bombas literalmente detrás de ella.Cuando las tropas de Putin avanzaban en verano por el Dombás, Laura estaba allí. ... En fin, cuando en otoño los ucranianos lograron reconquistar Jersón, ella seguía allí, en el lugar de la noticia, palpando la emoción de la gente.Y pocos días después, en el mismo lugar, contando su dolor. El de esta familia que llora a su madre muerta bajo un puente atacado por los rusos. Por todo eso, por hacer el trabajo periodístico más puro y antiguo del mundo, ir a la boca del lobo, alumbrar sus fauces con una linterna y contarlo, ha sido reconocida mejor periodista joven del año por la Asociación de la Prensa de Madrid. Uno de los grandes premios de esta profesión en España.
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