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Francie Malloy, que se jubila de la política a los 72 años tras una larga carrera en el Sinn Féin, ha sido el último republicano de Irlanda del Norte en predecir la unidad de la isla. «El siguiente paso será la elección de Mary Lou ... McDonald como 'Taoiseach'», jefa del Gobierno irlandés en Dublín, avanzó en su despedida de la prensa el mentor de Michelle O'Neill, primera nacionalista elegida ministra principal, que tiene ante sí el desafío de introducir políticas sociales que hagan frente a la grave situación económica y avanzar hacia la reunificación.
En realidad, el primer paso en este sentido depende del ministro británico con la cartera de Irlanda del Norte. La ley derivada del Acuerdo de Viernes Santo, de 1998, regula las instituciones de la pacificada región y las relaciones entre Londres, Belfast y Dublín. Y obliga al ministro a convocar un referéndum cuando estime que una mayoría de votantes desea dejar el Reino Unido y formar parte de una Irlanda unificada.
Aquella norma sustituyó a la de 1949. Cuando el Parlamento dublinés arrebató al monarca británico los poderes que le quedaban sobre Irlanda (como la firma de tratados internacionales) y se apartó de la Commonwealth (asociación de antiguas colonias), Londres respondió entonces con otra ley para asegurarse la pertenencia de Irlanda del Norte, salvo que el Parlamento de Belfast aprobase unirse a la República. De la mayoría parlamentaria en 1949 al plebiscito de la población en 1998.
Un grupo de trabajo coordinado por la Constitution Unit (unidad de estudios constitucionales) del University College London, en el que participaron académicos británicos, irlandeses y de Estados Unidos, publicó en 2021 un informe sobre cómo puede unificarse Irlanda. Serían necesarios dos referendos -el primero en Irlanda del Norte y el segundo en Irlanda-, así como una votación en el Parlamento de Westminster.
La ley establece que el ministro debe convocar la consulta con «justicia, honestidad y rigurosa imparcialidad». Para ello, podría basarse en el resultado de elecciones, los datos del censo, una encuesta de opinión, un voto de la Asamblea de Belfast o «pruebas cualitativas». El referendo en el Norte sentenciaría el destino de la isla por mayoría simple. Tras esa decisión, el Acuerdo de Viernes Santo obliga a Dublín y a Londres a negociar los términos de la transferencia.
Mary Lou McDonald, líder del Sinn Féin, se muestra convencida de que los referendos se celebrarán esta misma década, pese a que el próximo censo en Irlanda del Norte no se realizará hasta 2031. Y los resultados del último, que data de 2021, no inclinan al ministro a convocar consulta. La región cuenta con 1.903.175 habitantes, de los cuales el 42,3% se define como católico, mientras que el 37,3% es protestante. Ambas religiones pierden fieles y aumentan los ciudadanos que no profesan ninguna. El 32% se considera sólo británico y el 29% irlandés. Los norirlandeses suman el 20%.
Aunque el Brexit provocó un aumento de partidarios de la unidad, ninguna encuesta ha dadola mayoría a esa opción. La última, encargada por el diario Irish Times de Dublín, daba una ventaja del 21% a los partidarios de mantener Irlanda del Norte. Las elecciones de 2022 otorgaron al Sinn Féin el mayor número de escaños, pero hay en la Asamblea una exigua mayoría de unionistas, que sumaron también una leve ventaja en votos.
Doug Beattie, líder del Partido Unionista del Ulster, UUP, descarta la celebración de un referéndum en esta década. «No hay apetito para ello», afirma. «Hay que entender que la aspiración a la unificación de Irlanda es justa, pero también lo es la de permanecer en el Reino Unido. La conversación se ha expandido, pero la demografía no ha cambiado. La mayoría quiere ser parte del Reino Unido», sostiene.
«Yo soy unionista e irlandés», afirma este político con una larga carrera militar. «He sido irlandés toda mi vida. Y esa identidad puede permanecer en el Reino Unido como la escocesa. Creo que el Acuerdo del Viernes Santo dio a la gente posibilidades de elegir y, cuanto más logremos que funcione mejor se sentirá la gente. Y yo veo que la identidad norirlandesa aumenta cada año».
El UUP gobernó Irlanda del Norte durante medio siglo, pero la firma del Acuerdo de Viernes Santo por su entonces líder, David Trimble, quebró su hegemonía en el unionismo. En el sistema de Ejecutivo compartido, Beattie ha nominado al diputado Robin Swann como ministro de Sanidad. «Somos el partido del Ejecutivo con menos escaños, pero administramos el mayor presupuesto», subraya.
Beattie no se cuestiona que la provincia vaya a votar por perder el control del empleo en la sanidad, en la Policía o en el funcionariado. «¡Se eliminarían las instituciones del Acuerdo de Viernes Santo!», exclama en el interior del majestuoso inmueble de los Edificios Parlamentarios en Stormont. Partidario de la pertenencia del Reino Unido a la Unión Europea, defiende que el unionismo es un valor universal.
Hace cuatro años, Matthew O'Toole, de 40 años, regresó a Belfast, su ciudad natal, tras pasar catorce en Londres, empleado en el Ministerio de Hacienda y en la oficina del primer ministro en los tiempos del Brexit. Es el líder del Partido Social Democrático y Laborista(SDLP), al que John Hume, gran impulsor del proceso de paz, dio fama. «Fue un gran europeo de su tiempo», afirma O'Toole. ¿Habrá referendos en esta década? «Es muy posible». señala. «No diría que va a ocurrir en la fecha X, pero sí creo que es más probable, dramáticamente más probable, que haya una consulta en un plazo medio. Para un partido que trata de persuadir y alentar la conversación sobre la unidad no es útil dar una fecha. Pero eso no significa que vayamos a esperar 50 años. Hablamos de años, no de décadas».
«Hay factores estructurales», afirma O'Toole en la oficina de su circunscripción, en el distrito universitario de Belfast. «No sería correcto asociar el éxito electoral del Sinn Féin con la unidad de Irlanda como única conexión. Todos los partidos de la República de Irlanda están comprometidos con la unificación. Y hay un cambio estructural en las relaciones y posiciones en términos de éxito económico. Hay estabilidad en Irlanda, y el Reino Unido ha cometido un acto de autolesión con el Brexit», asegura.
Peter McReynolds, diputado del Partido Alianza, prefiere optar por la prudencia. «El poder de convocar un referéndum lo tiene el ministro. Por eso, hasta que eso ocurra, estaríamos participando en conversaciones hipotéticas», advierte. «Nuestro partido ha tenido una posición neutral y respetamos que la gente de Irlanda del Norte tenga la oportunidad de votar. Eso es lo importante». Su formación, recuerda, ha participado en conversaciones con otras fuerzas sobre la unificación, «pero el gran cambio ha sido, por desgracia, el Brexit», puntualiza. «Ha amargado relaciones y desmantelado una enorme cantidad del buen trabajo político llevado a cabo en los últimos años. Además, ha tenido un efecto temporal de aumentar el apoyo a la unidad de la isla».
Para este diputado, que arrebató un escaño tradicionalmente unionista en 2022, resulta «significativo que Michelle O'Neill sea ahora ministra principal de Irlanda del Norte, pero si se mira el número de votos para la Asamblea no son muy diferentes de los unionistas». Y no hay que olvidar, dice, «la subida del Partido Alianza, que representa a una proporción significante de la población que quiere enfocarse en el aquí y ahora, el día a día, y que funcione aquí la política».
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I. Gurruchaga
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