Polonia crea escuela para Ucrania
Ecos del mundo ·
Abren en Varsovia un centro para que 220 niños y adolescentes desplazados por la guerra se sientan en sus aulas como en casaSecciones
Servicios
Destacamos
Ecos del mundo ·
Abren en Varsovia un centro para que 220 niños y adolescentes desplazados por la guerra se sientan en sus aulas como en casaEs la hora del recreo en el centro educativo para niños y adolescentes refugiados ucranianos de la ONG Centro Polaco para Ayuda Internacional (PCPM). Situado en un moderno edificio de oficinas de Varsovia, hay algarabía por los pasillos. A falta de patio, unos niños saltan ... a la cuerda en una enorme sala habilitada como área de ocio. Otros charlan con sus compañeros de clase, cantan con su profesora...
El PCPM de Varsovia ofrece a 220 niños ucranianos desplazados la posibilidad de seguir de forma gratuita sus estudios con su propio sistema educativo, pasar los exámenes oficiales y obtener un diploma. Los alumnos, de entre 6 y 18 años, proceden de todos los rincones de un país que tuvieron que abandonar precipitadamente junto a sus familias, tras el inicio de la guerra abierta por el presidente ruso Vladimir Putin el 24 de febrero de 2022.
Cuando el conflicto estalló en Ucrania, sus estudiantes aún seguían las clases a distancia por la pandemia. Muchos de los que comenzaron su educación en 2020 ni siquiera habían tenido la posibilidad de conocer en persona a sus compañeros de clase. Ahora, algunos de estos niños también han sufrido dificultades, esta vez para adaptarse a las escuelas polacas, sobre todo por la barrera del idioma y porque no siempre han sido bien recibidos por sus colegas de pupitre.
«Fui al colegio polaco y no me gustó. Era fácil, pero los niños eran groseros. Ahora voy al ucraniano», explica en inglés Nikol, una estudiante de 16 años que llegó a Varsovia hace dos años con su madre, su hermana y sus abuelos procedentes de Kharkiv.
En este centro ucraniano el idioma no es barrera. Además, todos los alumnos han pasado por una experiencia similar, al tener que abandonar sus hogares y empezar su vida de cero en un país extranjero. «Somos como una gran familia», explica Juliia, profesora de lenguas extranjeras en el PCPM. «Para los niños es mucho más fácil. Estamos en Polonia, pero somos parte de Ucrania», celebra.
«Aquí me siento más cómoda porque estoy con ucranianos y puedo hablar mi idioma», cuenta Nikol, que en dos años ha aprendido a hablar polaco, aunque no tan bien como le gustaría. Reconoce, sin embargo, que hacer amigos polacos en Varsovia le resulta «difícil».
Juliia, de 37 años, recuerda que el primer año fue el más complicado para todos, porque «los niños eran nuevos para nosotros y nosotros éramos profesores nuevos para ellos. Tardamos meses en adaptarnos», admite. Para favorecer esa adaptación los alumnos del PCPM reciben clases de polaco y de Historia del país, lo que, sin duda, les ayudará si deciden quedarse en Polonia o proseguir sus estudios en una universidad polaca.
Polonia recibió con los brazos abiertos a los ucranianos tras el inicio del conflicto y ha acogido a casi un millón de desplazados del país vecino. Sin embargo, casi tres años después, el apoyo de los polacos alcanza un nuevo mínimo. Uno de cada dos polacos (53% en octubre) se muestra a favor de acoger refugiados ucranianos, la cifra más baja desde el inicio de la guerra, según un sondeo de CBOS, la oficina nacional de estadísticas de Polonia. De hecho, cuando estalló la guerra, el 94% de los polacos se mostraban dispuestos a recibirlos, y al año siguiente el apoyo se redujo al 80% de la población.
«Desde los primeros días de la Guerra, el apoyo ha sido grande aquí. No sentimos que haya ido a menos. Nuestra escuela existe por este apoyo», cuenta Vova, profesor principal en el PCPM. «El hecho de que Polonia nos haya dado la oportunidad de abrir este colegio para niños ucranianos con profesores ucranianos, de trabajar aquí, de darles educación… para nosotros es el mayor apoyo», explica este maestro originario de Donets.
Entre los refugiados hay quienes quieren quedarse en Polonia, los que tienen dudas y aquellos que sueñan con regresar muy pronto a casa. En este último grupo se encuentra Juliia, que cuenta lo duro que fue para ella y su familia vivir en Kherson bajo la ocupación rusa. «Es casi imposible de describir, no existen palabras. No teníamos agua, ni comida. Vivíamos en un sótano. Era horrible», recuerda la profesora, que solo tiene cerca a su hija y a su hermana.
Cuenta que sus primeros meses en Polonia fueron duros porque no encontraba trabajo, hasta que supo que iban a abrir un colegio ucraniano en Varsovia y solicitó un puesto. «Estoy agradecida a los polacos por la oportunidad que nos han dado de trabajar aquí, de enseñar a nuestros niños. Polonia es un gran país. Tenemos un apartamento, trabajo y comida, pero quiero regresar a Ucrania porque mi marido y mis padres están ahí», señala. Y es que Juliia se identifica totalmente con el estribillo de la canción 'Home' de la banda de hard rock Three Days Grace. 'This house is not home' (Esta casa no es un hogar), dice la letra. Polonia es por ahora casa, pero para Juliia y muchos refugiados su hogar sigue estando en Ucrania
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.