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Un grupo de gazatíes observan los escombros de un edificio destruido por la aviación israelí. AFP
Unidad 504, los espías israelíes que llaman por teléfono a 50.000 palestinos en la Franja

Unidad 504, los espías israelíes que llaman por teléfono a 50.000 palestinos en la Franja

La famosa brigada de Inteligencia se comunica a diario con los gazatíes por medio del móvil o mensajes, 26 millones desde el inicio de la guerra, para instar a la evacuación u obtener información sobre Hamás

Miércoles, 27 de diciembre 2023, 00:24

Un joven palestino, desde el anonimato más absoluto, reveló el «terror» que padecía cada vez que se encontraba con un militante de Hamás. Sabía de lo que eran capaces incluso antes de que masacraran a 1.200 israelíes en sus kibutz. «Ellos hacen lo que quieren». Otro dijo que desde el 7 de octubre no había visto a un yihadista. «Nosotros morimos y ellos se están salvando», lamentó agriamente. Un tercer palestino contó detalladamente como los islamistas se apoderaban de la ayuda humanitaria para llevársela a sus refugios. E incluso hay combatientes que han delatado sus posiciones al ejército a cambio de la promesa de una salida segura de Gaza.

Todas ellas son voces que se esconden bajo varias capas de anonimato para preservar las vidas de sus propietarios. Son sólo algunas de las comunicaciones establecidas por las Fuerzas de Defensa con los gazatíes de la Franja a través de la Unidad 504, una brigada militar de Inteligencia que ha resultado clave en la evacuación de civiles de los campos de batalla y en la recolección de información decisiva para el desmantelamiento de la infraestructura subterránea de Hamás. Su arma: el teléfono.

Los miembros de este equipo han realizado 50.066 llamadas a los teléfonos particulares y móviles de otros tantos palestinos, en unas ocasiones para instarles a abandonar sus casas ante la inminencia de un ataque aéreo y en otras con el fin de quebrar su resistencia a hablar con los militares. También han enviado doce millones de grabaciones de voz y catorce millones de mensajes de texto en ese afán por mantener un canal abierto con los habitantes del otro lado de la verja. Suya fue también la iniciativa de lanzar docenas de miles de panfletos desde aviones con códigos QR que explicaban las rutas de evacuación hacia el sur. Los jefes de esta unidad, en sendos reportajes del Canal 12 y 'The Times of Israel', han relatado cómo este ingente trabajo está permitiendo al ejército conocer mejor lo que humanamente sucede en lo profundo de Gaza. Desde «las necesidades de agua o comida» hasta la creciente furia de miles de palestinos hacia la organización islamista.

Residentes en Bureij, en el centro de Gaza, huyen del campo de refugiados que Israel ha pedido que sea evacuado. EFE

La Unidad 504 es una veterana sección de las Fuerzas de Defensa. Histórica. Ya en 1956 convenció a un beduino para que entregara un sobre con un explosivo dentro al coronel Mustafa Hafez, espía egipcio que trabajó durante años dentro del territorio hebreo y ordenó varias matanzas de israelíes. Muchos agentes han admitido sentirse noqueados por la ofensiva de Hamás que mató a 1.200 personas el 7 de octubre. Sólo cinco años antes, en 2018, este grupo había obtenido el segundo reconocimiento más alto del Estado por la infiltración de sus miembros en la «arena del norte», como se conoce a Siria y Líbano, donde operan las milicias proiraníes. Su actividad espiando a estas células «evitó los ataques terroristas y neutralizó las amenazas que pusieron en peligro al Estado de Israel», proclamó entonces el Gobierno. Por eso, ahora ninguno de sus profesionales habla de lo que sucedió hace apenas tres meses, aunque uno de sus oficiales garantiza que «habrá que analizar qué fallo y exigir responsabilidades cuando la guerra termine».

En la actual batalla contra Hamás, los máximos responsables de la Unidad 504, todos ellos desde el más profundo anonimato, han destacado con cierta sorpresa el hecho de que en las últimas semanas «recibamos miles de llamadas telefónicas de habitantes de Gaza, en una escala nunca antes vista por nuestra unidad. Es evidente que los residentes no están satisfechos con la conducta bárbara de Hamás; el ciudadano común y corriente comprende que le está trayendo un desastre del que será difícil recuperarse».

Disidencia al alza

Los informes de esta brigada describen una disidencia al alza entre los gazatíes, no solo en el norte sino también en el sur. Los primeros se sienten utilizados, primero, y abandonado después. Aseguran que han vivido en un permanente estado de terror bajo el control de Hamás. En una conversación difundida por el Canal 12, un palestino cuenta a un soldado de la 504 que intenta marcharse hacia el sur, pero grupos de yihadistas armados bloquea la famosa carretera central de Saladino, la vía de escape más directa. Los yihadistas disparan a los pies de quienes intentan escapar. A preguntas del militar, el joven gazatí le informa de su posición. Poco después, un avión de combate ametralla a los milicianos.

Niños palestinos esperan su ración de comida en Gaza EP

«Si crees que alguien puede decir algo contra Hamás y luego salir a la calle, no entiendes cómo es la situación en Gaza. Lo destruirán. Ellos hacen lo que quieren». Este mensaje corresponde a un veterano residente de la Franja, que explica a los militares cómo la organización yihadista se ha hecho con el control institucional y militar de Gaza en las últimas décadas «Donde quiera que esté ubicado Hamás, lo destruyen todo. Hamás pone la mano en todo», asegura este hombre, que incluso precisa que también la ha colocado sobre la distribución de ayuda humanitaria. «Desde el día en que tomó el control de Gaza, ha obtenido el control de todo», añade. Según su versión, la organización distribuye la comida entre sus combatientes y luego reparte el resto a los civiles. En plena ofensiva, los saqueos son frecuentes en los almacenes. «Hay una falta de necesidades básicas: no hay comida ni agua», lamenta.

La Inteligencia israelí manifiesta que, gracias a estas llamadas telefónicas, el ejército está consiguiendo trazar un perfil bastante preciso del interior de la Franja y las amenazas a las que se enfrentan. «Muchos quieren algo a cambio de dar información, pero algunos lo hacen simplemente porque odian a Hamás. A partir de esto, se entiende que algo ha cambiado allí». Las conversaciones desvelan el funcionamiento de las células o terminan precisando el emplazamiento de una batería de misiles, la entrada a un túnel o una casa en ruinas que oculta un nido de ametralladoras.

Pero las llamadas también revelan que muchos de los yihadistas huyen hacia el sur en busca de escondites. «No vemos a ningún miembro de Hamás en las calles. Sólo civiles. Nadie sabe dónde están. Sólo Dios lo sabe», dice un vecino del centro de la Franja, que asegura que los palestinos «sólo quieren volver a su rutina, vivir con seguridad y ganarse la vida».

Los soldados israelíes inspeccionan un tunel de Hamás en Gaza EP

La prolongación de la ofensiva, según la Unidad 504, ha comenzado a resquebrajar la unidad entre los propios yihadistas, Los soldados han conseguido los móviles de miles de miembros de Hamás, muchos de ellos extraídos de los teléfonos de los combatientes que han sido detenidos e interrogados, Solo la Unidad 504 ha hecho hablar a más de 400 yihadistas. A diario los agentes llaman a esos números buscando una voz al otro lado y la posibilidad de romper su resistencia.

La presión constante de las llamadas, el miedo y la posibilidad de acabar cercado en un agujero surten su efecto. Según un oficial del grupo, hay terroristas que aceptan colaborar a cambio de recibir garantías de que serán sacados con vida y trasladados a un lugar seguro. Incluso hay delatores por venganza sobre sus compañeros. «Suponemos que hay quienes empiezan a asimilar que los tiempos de Hamás están contados. La gente que alguna vez luchó hombro con hombro con los combatientes ahora está hablando con nosotros».

La única laguna que queda por cubrir es la de los tres principales líderes de la milicia en Gaza, con Yahya Sinwar a la cabeza; un dirigente del que nada se ha sabido durante semanas hasta que este martes desafió al ejército con una declaración pública donde se mostró convencido de que Hamás todavía es capaz de «aplastar a Israel». La Unidad 504 confía en la llamada que, de una vez por todas, indique su madriguera.

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