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«El destino de Oriente Medio se decidirá en Washington», titulaba 'Israel Hayom', diario conservador hebreo, para introducir el encuentro de ayer entre Donald Trump y Benjamín Netanyahu. El primer ministro israelí, y primer mandatario mundial en visitar la Casa Blanca desde el regreso del ... republicano, viajó hasta Washington para conocer los planes del presidente estadounidense sobre el alto el fuego en Gaza y Líbano, la expulsión de la población de la Franja a Egipto y Jordania, la anexión de Cisjordania, la normalización de relaciones con Arabia Saudí o un posible ataque contra las instalaciones nucleares de Irán. La lista era larga para un dirigente que aspira a «redibujar» la región de la mano del magnate.
La primera consecuencia del decimocuarto viaje de Netanyahu a Estados Unidos fue el anuncio de que Israel enviará una delegación a Doha a finales de semana para negociar con Hamás la segunda fase del acuerdo de alto el fuego. Antes del encuentro, Trump confesó a la prensa: «No tengo garantías de que la paz se mantendrá». Su enviado a oriente Medio, Steve Witkoff, matizó que el pacto «hasta ahora se mantiene, así que ciertamente tenemos esperanzas (…) Esa es la dirección del presidente: sacar a los rehenes, salvar vidas y llegar a un acuerdo pacífico para todo».
Un alto funcionario estadounidense consultado por el portal Axios adelanto que el presidente norteamericano está «centrado» asimismo en liberar a todos los cautivos de Gaza y «garantizar que Hamás no pueda mandar en la Franja». Después de quince meses de guerra el grupo islamista ha recuperado el control del enclave y en cada intercambio realiza una exhibición de fuerza ante el enemigo.
El acuerdo de tregua de momento se cumple y Hamás ya ha liberado a 18 rehenes, entre ellos cinco tailandeses, a cambio de unos 600 presos palestinos. Israel cree que quedan otros 79 cautivos, de los cuales la mitad estarían muertos. Se espera que la segunda fase cubra la liberación de los secuestrados restantes e incluya discusiones sobre un fin permanente de la guerra y la retirada de las tropas hebreas. Los islamistas se niegan si no hay garantías de que el enemigo no volverá a atacar.
Trump no quiere escuchar la palabra «guerra», ha vuelto a la presidencia con el objetivo de ser un dirigente que lleve la paz y ha puesto sobre la mesa un plan para mandar a los gazatíes a Jordania y Egipto. Ambos países, y los ministros de Exteriores de la Liga Árabe, han rechazado la propuesta de manera inmediata, pero en Israel, el 80% de los judíos apoya el plan y sólo el 3% lo considera inmoral.
De la marcha del pacto en Gaza dependerá también la posible normalización de relaciones con Arabia Saudí. Se trata de una vieja aspiración de Trump, que en su primer mandato fue el artífice de los Acuerdos Abraham por los que Tel Aviv normalizó relaciones con Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Sudán y Marruecos. Al presidente le gustaría sumar a Arabia Saudí, pero las autoridades del reino reclaman a Israel concesiones a la hora de permitir el establecimiento de un Estado palestino, algo muy alejado de la situación presente en Gaza y Cisjordania.
Tras el golpe a Hezbolá en Líbano y a Bashar Al Assad en Siria, país que era la línea de suministro para la milicia chií libanesa, el papel de Teherán y sus grupos aliados parece una menor amenaza para los israelíes. En el tema iraní, se espera que Trump firme un memorando para restablecer su campaña de «máxima presión» sobre la república islámica con el objetivo de cortarle todos los caminos hacia la fabricación de una bomba atómica, según declaró a Reuters un funcionario estadounidense.
A la espera de Netanyahu, Trump firmó ayer nuevos decretos. El magnate selló una orden ejecutiva para poner fin a la participación de EE UU en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas y dejar de financiar a la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA). Su predecesor, Joe Biden, ya había suspendido la financiación el año pasado tras las acusaciones de que varios de sus trabajadores participaron en el ataque del 7 de octubre de 2023 contra Israel.
El momento de la firma no ha sido casual. Se produjo poco antes de recibir en la Casa Blanca a Benjamín Netanyahu, quien ha sido durante mucho tiempo crítico con la UNRWA y ha acusado al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas de ser parcial contra Israel. Además, Trump reiteró, en referencia al conflicto en Gaza, que los palestinos no tienen otra alternativa que abandonar la Franja y que le gustaría que los países vecinos, Jordania y Egipto, acojan a los palestinos desplazados. «Creo que deberían conseguir un terreno nuevo y hermoso y conseguir que algunas personas aporten el dinero para construirlo y hacerlo agradable, habitable y agradable», afirmó, agregando que están allí porque «no tienen alternativa». Añadió también que que los palestinos «estarían encantados de abandonar Gaza». «¿Quién puede vivir así? Es muy peligroso. Hay disparos por todos lados. Hay bombardeos por todos lados», ha resaltado, agregando que «no es un lugar donde la gente quiera vivir».
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