Ramona Asla
Domingo, 7 de enero 2024, 22:26
El teniente general Herzi Halevi, jefe del Estado Mayor de las FDI, analizó este domingo la actual situación de la guerra. En sus declaraciones admitió que la oleada de 62 cohetes lanzados en la madrugada del sábado por Hezbolá contra la base aérea de Merón, ... en el norte, provocó graves daños en una instalación militar estratégica. El ataque fue la respuesta esta milicia chií proiraní al asesinato del 'número dos' de Hamás, Saleh al-Aruri, en Beirut por parte de los servicios secretos del Gobierno de Benjamin Netanyahu.
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La frontera entre Israel y Líbano es escenario de escaramuzas, principalmente desde el 8 de octubre, entre las fuerzas israelíes y Hezbolá, que lanza ataques diarios contra Israel desde el sur del país del cedro, en apoyo a Hamás, su aliado. Israel responde bombardeando objetivos en el sur de Líbano.
En este sentido, Halevi destacó la presión que las Fuerzas de Defensa ejercen sobre Hezbolá. Afirmó que «en el norte ha decidido entrar en esta guerra y estamos exigiendo precios cada vez más altos». También destacó que 2024 será un reto. «Estaremos en guerra todo el año. Eso es seguro».
El jefe de las FDI subrayó asimismo que la responsabilidad de las tropas de garantizar el regreso de los residentes desplazados del norte de Israel a sus hogares. Esto, según él, se logrará, ya sea mediante la presión militar sobre Hezbolá o «acabaremos con otra guerra».
Efectivos militares anunciaron también el descubrimiento de túneles que el Movimiento de Resistencia Islámica contaba en Gaza con materiales y tecnología para la fabricación de proyectiles guiados con ayuda iraní, algo que hasta ahora Israel consideraba imposible.
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Efectivos de la Brigada Nahal localizaron estos componentes en Tuffá, en Ciudad de Gaza, cerca de la frontera con Israel. En esta factoría subterránea se podían convertir cohetes de tecnología básica en proyectiles más precisos, según han informado las fuerzas armadas.
En esta operación se han hallado manuales de formación procedentes de Teherán muy similares a los incautados en sur de Líbano a Hezbolá precisamente para mejorar cohetes con un sistema de GPS instalado en la cabeza del proyectil.
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