Tel Aviv confirma la muerte del 'número 3' de Hamás en un ataque a un campo de refugiados

Issa, mano derecha de Mohamed Deif, máximo responsable de las Brigadas de Ezzeldín al-Qassam -brazo armado de Hamás-, ayudó a organizar los ataques del 7 de octubre que dejaron alrededor de 1.200 muertos y 240 rehenes. Su fallecimiento ya fue adelantado la pasada semana por el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.

El portavoz del ejército israelí, Daniel Hagari, explicó este martes que otro alto miembro de Hamás, el comandante Ghazi Abú Tamaa, jefe del personal de combate y asistencia administrativa, murió en el mismo ataque, llevado a cabo el pasado día 10, según informó el diario hebreo 'The Times of Israel'.

Por otra parte, doce civiles palestinos han muerto ahogados en Gaza en los últimos días cuando intentaban recuperar del mar varios paquetes de ayuda humanitaria lanzados desde aviones. Las víctimas formaban parte de un nutrido grupo de personas que seguían la trayectoria de los paracaídas y no dudaron en adentrarse en las aguas para hacerse con los víveres. La tragedia ha provocado la protesta de las autoridades de la Franja, en manos de Hamás, que este martes denunciaron cómo este tipo de lanzamientos se han convertido en un «peligro real para la vida de ciudadanos hambrientos». De hecho, otros seis civiles han fallecido en las últimas veinticuatro horas en las «estampidas» producidas por las aglomeraciones de residentes que intentan obtener víveres.

Las autoridades gazatíes lamentan que «durante las últimas horas han caído mártires dieciocho civiles palestinos a causa de la caída incorrecta de ayuda lanzada desde aviones». Los palestinos incluyen entre ellos a los doce que han resultado ahogados después de que decenas de ciudadanos desesperados se zambulleran en el mar en busca de los paquetes.

«Hemos advertido a todos los países implicados en los lanzamientos de ayuda del peligro de sus incorrectos procedimientos, ya que parte de la ayuda es lanzada al mar, otra parte a los territorios palestinos ocupados (por el ejército israelí) y aún hay más, que es arrojada a zonas peligrosas», expuso el Gobierno de Hamás, antes de calificar los envíos como «equivocados, inapropiados e inútiles».