La participación de la extrema derecha en una manifestación contra el antisemitismo agita la política francesa

Marine Le Pen invitó a los simpatizantes de su partido a participar en esta marcha cívica, convocada por los presidentes de las dos cámaras del Parlamento galo. A pesar de las críticas de otras formaciones, la líder ultraderechista ha confirmado que ella participará, «aunque sea en la cola del cortejo».

«Agrupación Nacional no tiene cabida en esta manifestación», opinó, en cambio, el portavoz del Gobierno, Olivier Véran. «Hemos escuchado lo que ha dicho Jordan Bardella (presidente de Reagrupación Nacional), que no sabía si Jean-Marie Le Pen (líder histórico de la extrema derecha francesa y padre de Marine Le Pen) era antisemita. La Justicia francesa ha respondido a esta cuestión condenándolo por antisemitismo», recordó.

La presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet, y el presidente del Senado, Gérard Larcher, convocaron este domingo «una gran marcha cívica«contra el antisemitismo y por la República» ante la proliferación de actos contra los judíos en Francia coincidiendo con la crisis en Oriente Próximo. Solo en el mes de octubre, se han registrado más de 1.000 actos antisemitas en Francia. La cifra es alarmante si se compara con la del año anterior. En todo 2022, hubo 436, según datos del Ministerio del Interior y del Servicio de Protección de la Comunidad Judía (SCFJ).

Todos los partidos han anunciado que participarán en la marcha contra el antisemitismo, con la excepción de La Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon. Este partido izquierdista, que se ha negado a calificar a Hamás como grupo terrorista, no participará por la presencia de la ultraderecha en la marcha. «Luchar contra el antisemitismo y contra todas las formas de racismo es impracticable al lado de un partido que tiene sus orígenes en la historia de la colaboración con el nacismo», consideró La Francia Insumisa.

El Partido Socialista, el Partido Comunista Francia y Europa Ecología-Los Verdes, en cambio, participarán en el acto, pero exigen la creación de «un cordón republicano» que permita «distinguir en la manifestación un cortejo reuniendo a todos los republicanos y progresistas de una parte y a Agrupación Nacional y a las fuerzas de extrema derecha de otra, a quienes no reconocemos ninguna legitimidad a manifestarse contra el antisemitismo». Estos tres formaciones progresistas instan a los presidentes de la Asamblea Nacional y el Senado, a declarar públicamente que las fuerzas políticas de extrema derecha «no son bienvenidas a la marcha».

«Agrupación Nacional nunca será un bastión contra el antisemitismo», advirtió Yonathan Arfi, presidente del Consejo Representativo de las Instituciones Judías de Francia (Crif). Arfi considera que lo mejor sería que el partido de Marine Le Pen «se mantuviera al margen» y no participara en la marcha. Jean-Marie Le Pen, fundador del Frente Nacional (hoy Agrupación Nacional), ha agitado durante cinco décadas la política francesa con sus salidas de tono y sus proclamas racistas y antisemitas. Le Pen padre, de 95 años, cree en «la desigualdad de las razas», considera «un detalle» las cámaras de gas que los nazis utilizaron para exterminar a los judíos y confiaba en que el ébola pudiera «solucionar» los problemas de la inmigración en tres meses.

Desde que Marine Le Pen tomó en 2011 las riendas del partido, le ha hecho un lavado de cara para hacerlo más presentable de cara al electorado. Cambió de nombre al partido y expulsó a su padre y otros miembros extremistas y antisemitas de la formación. La dirigente ultraderechista, que ha condenado el ataque terrorista de Hamás contra Israel, quiere también atraer el voto judío presentando a Agrupación Nacional como un escudo contra el islamismo.