Los palestinos denuncian la entrada de tanques israelíes en Rafah

«Los tanques avanzaron esta mañana al oeste de Salahuddin Road hacia los barrios de Brzail y Jneina. Están en las calles dentro de la zona urbanizada y hay enfrentamientos», ha explicado un residente de Rafah a la agencia Reuters por medio de un chat. En las redes circula un vídeo en el que se ve un tanque en una avenida principal de Jneima, pero su autenticidad no ha sido verificada. El ejército ha difundido este martes imágenes de carros de combate con la bandera israelí, pero centrados en operciones en el norte de la Franja.

Las acciones bélicas en el norte y el sur de Gaza, además de varios bombardeos sobre posiciones chiíes en Líbano, han marcado el comienzo del Día de la Independencia en Israel, una fecha señalada y en la que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, parece dispuesto a pasar con la máxima discreción posible. Anoche declinó asistir a un ceremonial bíblico que marca la transición entre el Día de Luto (festejado desde la medianoche del domingo hasta la de ayer) y el de la independencia, que concluye a última hora de este martes.

También se ha saltado la ceremonia en honor a los soldados destacados en combate que hace unas horas acogió la residencia presidencial, encabezada por el jefe del Estado, Isaac Herzog. En ambos casos, Netanyahu ha preferido enviar sus discursos en sendos mensajes pregrabados. Ha encontrado una supuesta justificación en el hecho de que todos los actos oficiales serán discretos y llenos de silencio por la guerra. Incluso el desfile aéreo por los 76 años de independencia ha sido suspendido, una demostración de habilidad de los pilotos militares que solo ha dejado de realizarse durante la epidemia del coronavirus.

Los tiempos que marcan ambas celebraciones le son adversos al primer ministro. Este lunes, durante el ceremonial en recuerdo de los 1.200 fallecidos en el atentado de Hamás el pasado 7 de octubre, Netanyahu vio interrumpido su discurso por el cántico 'Te llevaste a mis hijos', coreado por varios grupos de familiares de los fallecidos y de los rehenes que permanecen en manos de Hamás. Los protestantes recriminaron al primer ministro que no haya cumplido su promesa de rescatar a los secuestrados ni de haber avanzado en las negociaciones para hacerlo efectivo. En otro acto, cientos de asistentes a la oración delante de las tumbas en Jerusalén de los civiles y soldados asesinados se marcharon del monte Herzl en cuanto llegó Netanyahu.

A medida que transcurren las horas, el jefe del Gobierno ve multiplicarse los frentes en su contra. A las protestas de las familias de los rehenes y de una creciente presión internacional para suspender la ofensiva en Rafah, se suma ahora el malestar de un sustancial número de militares por la ausencia de planes para el día después de la operación en Gaza. Eran Lerman, quien fuera asesor de Seguridad Nacional entre 2006 y 2015, ha reprochado «la falta de una visión coherente para la situación» mientras altos cargos militares –que obvían dar sus nombres a los medios– consideran que, precisamente, el hecho de que no se haya implementado ninguna autoridad o medida de control en las áreas de la Franja por las que ha pasado el ejército está provocando que los miembros de Hamás se reagrupen y vuelvan a atacar.

En concreto, citan el caso de Jabaliya, en el norte, donde las Fuerzas de Defensa han debido intensificar los combates esta semana al haberse reconstruido las células de Hamás, después de que las tropas ya hubieran pasado en octubre por este extenso campo de refugiados reduciendo más de la mitad de sus edificios a escombros. Los mandos, algunos ya en la reserva, se quejan de que el primer ministro ha rechazado reunirse en varias ocasiones para abordar los pasos siguientes a la operación militar o proponer cómo formar un gobierno alternativo al de Hamás en la Franja para instalar a las nuevas autoridades en las zonas donde han sido desmanteladas las infraestructuras de la milicia, El primer ministro qatarí, el jeque Mohammed bin Abdulrahman Al-Thani, ha advertido este martes del riesgo de una creciente radicalización si el Gobierno de Tel Aviv no pone en marcha de inmediato un plan de rescate para Gaza.