Netanyahu anima a los israelíes a armarse

En palabras del jefe del Gobierno, «las armas en manos de civiles ayudarían a salvar vidas» y espera equipar también a los grupos de emergencia médica que a menudo se encuentran entre los primeros en llegar a la escena de un atentado. «ZAKA (siglas en hebreo de Identificación de Víctimas de Desastres) cuenta con 3.000 voluntarios móviles en todo el país. Solo un pequeño porcentaje de ellos están armados. Imagínese si lo estuvieran», declaró Netanyahu.

Las autoridades quieren además que todo el entorno de una persona que comete un ataque sufra las consecuencias y por ello refuerzan «las medidas de seguridad», mientras castiga «a los terroristas y a quienes los apoyan», anunció ayer Netanyahu al término de la reunión del Consejo de Seguridad. El nuevo Ejecutivo necesita mostrar su capacidad de reacción tras el ataque más sangriento sufrido en Jerusalén desde 2008 y el primer ministro dijo que, ante de su demolición, se había «sellado la casa del terrorista que cometió el ataque a tiros el viernes» y también confirmó que se discutirán además «la revocación de los documentos de identidad israelíes y la residencia de estas familias», una de las promesas electorales de los partidos ultranacionalistas que ahora forman parte del gabinete.

El castigo colectivo es una práctica habitual en la estrategia israelí. Desde Naciones Unidas alertan una y otra vez al Estado judío de que es una medida que «va en contra de la justicia, agudiza las tensiones y propicia una mayor violencia», pero se aplica de forma sistemática entre la población palestina.

El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, dejó entrever, por su parte, que otro de los pasos que dará Israel en respuesta al atentado en la sinagoga será la aprobación para levantar siete nuevos 'outpost' en Cisjordania. Éste es el primer paso para construir un asentamiento. El Ejército ha desplegado un batallón de refuerzo para proteger las colonias y los puntos de paso de unos colonos que la pasada noche se tomaron la venganza por su cuenta y atacaron propiedades palestinas en distintas comunidades cisjordanas, dañando más de 120 vehículos y 22 comercios, según informó la agencia oficial de noticias palestina, WAFA. Antes de su carrera política, Ben Gvir se ocupaba de la defensa de los asentados radicales detenidos por atentar contra palestinos.

Éste es el clima que se encontrará el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, al llegar a Tierra Santa para una visita oficial en la que mantendrá reuniones con israelíes y palestinos. A Estados Unidos le preocupa la decisión de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) de suspender la coordinación de seguridad con los israelíes y tratará de reconducir la situación.

La tensión no ha parado de crecer desde que el jueves el Ejército matara a diez palestinos en una operación militar contra Yihad Islámica en el campo de refugiados de Yenín, al norte de Cisjordania, y las iglesias de Jerusalén se sumaron a los llamamientos a la calma. «Los patriarcas y líderes de las Iglesias de Jerusalén llamamos a todas las partes en Tierra Santa a mostrar moderación y autocontrol», reza un comunicado conjunto en el que recuerdan que advierten «repetidamente contra la explosión de un ciclo de violencia sin sentido que solo traerá sufrimiento para todos (…) Tal estado de cosas solo conducirá a atrocidades y terror como consecuencia general, alejándonos de la tan ansiada paz y estabilidad que todos buscamos».

De momento Israel apela a la fuerza y a las viejas fórmulas que ya ha empleado en el pasado para enfrentarse a una situación que no es nueva y que se repite de manera periódica.