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Johana Gil
Martes, 7 de febrero 2023, 22:22
Una crisis sin precedentes. El terremoto ha dejado al descubierto la extrema vulnerabilidad de los que viven en el sur de Turquía y el norte de Siria. La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que 23 millones de personas están expuestas a las consecuencias ... del seísmo. Los mortíferos temblores se suman a los más de once años de guerra en Siria, que han dejado a 2,8 millones de refugiados en el norte.
En el territorio, asolado por la inestabilidad política y social, las condiciones de los damnificados solo empeoran. El derrumbe de miles de edificios y el crudo invierno han dejado desprotegidos a los supervivientes. Se calientan en tiendas o junto a hogueras improvisadas. No tienen a dónde ir, lo han perdido todo. Pese a que las autoridades otomanas han habilitado gimnasios, escuelas y mezquitas como albergues, los habitantes prefieren sus coches o los parques ante una posible réplica devastadora. La caída radical de las temperaturas aumenta el peligro de los que se han quedado en la calle a la espera de ayuda.
La capacidad de respuesta propia está desbordada y ha movilizado a todo occidente a desplegar sus fuerzas para ayudar a la crisis. «Conocemos la facultad de atención de Turquía. Las principales necesidades sin satisfacer podrían situarse en Siria, en lo inmediato y a medio plazo», afirmó una responsable de la OMS, Adelheid Marschang.
En total, 45 países han anunciado el envío de socorristas, material de rescate y elementos de primera necesidad, aseguró el presidente, Recep Tayyip Erdogan. Con cada día que pasa, la búsqueda y atención de supervivientes se convierte en una tarea imposible por las réplicas y las gélidas temperaturas. Un total de 21 países europeos, 19 de ellos miembros de la UE, han trasladado ya más de mil rescatistas.
El Gobierno español anunció el envío del hospital de campaña del START, el equipo de emergencias de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). La OMS dispuso tres vuelos chárter con material médico, incluidos lotes quirúrgicos. Moscú, aliado de Turquía, prometió equipos de socorro, además de 300 militares, que ya se encuentran en el lugar. El presidente estadounidense, Joe Biden, prometió «toda la ayuda necesaria, sea la que sea».
Entre las primeras asistencias que llegaron al territorio afectado están las de Francia y Qatar. Esta situación también unió a Irán e Irak para el envío aéreo de alimentos, medicinas y mantas. Las dramáticas escenas han conmovido a todo el mundo. Israel anunció que ya coordina su ayuda a Siria, un país con el que está formalmente en guerra y con el que no tiene relaciones diplomáticas.
Además, también se han abierto cuentas bancarias para reunir fondos que permitan atender la creciente demanda en los dos países. Las autoridades neozelandesas harán una entrega inicial de unos 880.000 euros, Corea del Sur destinará 4,6 millones y China enviará 5,5. Desde Pekín también se han trasladado grupos especializados en el socorro en entornos urbanos.
La ONU ha pedido que la ayuda no sea limitada por cuestiones diplomáticas y pueda alcanzar a todos los afectados, también a los sirios. El norte del país, arrasado por casi once años de una guerra civil que enfrenta a una multitud de bandos -fuerzas gubernamentales, rebeldes, yihadistas y kurdos, entre otros- demanda la mayor cantidad de apoyo. La provincia de Idlib y parte de la de Alepo han sufrido las devastadoras consecuencias del terremoto. Los campamentos de refugiados de palestinos que se habían alzado en la zona también quedaron destruidos por el feroz siniestro. Más de 20.000 personas que vivían en condiciones de hacinamiento quedaron nuevamente sin hogar.
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