Una multitud despide al número dos de Hamás en su funeral en Líbano

El funeral al que acudió más de un millar de personas de todas las edades arrancó en la mezquita Imam Alí, en el barrio obrero de Yedié, con destino al conocido como cementerio de los mártires en el campo de refugiados palestinos de Shatila. Allí reposarán los restos de Al Arouri y de Azzam al-Aqraa, uno de los jefes de las brigadas Ezzedine al-Qassam, y de Mohammad al-Rais, otro miembro de Hamás. El bombardeo en los suburbios del sur de Beirut se cobró otras tres víctimas que se encontraban asimismo en el edificio que albergaba oficinas del movimiento islamista cuando un dron impactó contra el inmueble. «Fueron cruelmente asesinados por el enemigo sionista, que no respeta la soberanía de Líbano», denunció Abdelmayid Auad, portavoz de la milicia palestina en este país, donde muchas de sus figuras están hoy asentadas.

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T. Nieva

El propio Al Arouri vivía allí desde 2018. Pasó más de dos décadas en cárceles israelíes y cuando fue liberado en 2010 se le puso como condición que se exiliara. Este jueves, su féretro y los de sus dos compañeros fueron envueltos con banderas palestinas y de Hamás, coronadas por una ametralladora encima de cada ataúd. El cortejo fúnebre discurrió entre sonidos de disparos y gritos de 'Alá es el más grande' y en su recorrido se pudieron ver también estandartes de la Yihad islámica. Ommar Ghannum, de 35 años, participó en el acto convencido de que el asesinato del número dos del movimiento islamista «o de cualquier otro palestino es una maniobra fallida». «La resistencia dará a luz a nuevos líderes», afirmó a la agencia AFP durante un homenaje que, a su juicio, servía también para «denunciar la violación de la soberanía libanesa a manos del ejército israelí».

En el multitudinario funeral, con medidas de seguridad reforzadas, también estuvo Ismail Haniyeh, jefe político de Hamás, quien intervino a través de un discurso grabado desde Catar, donde reside en la actualidad. «Este enemigo es un peligro para toda la nación árabe y musulmana y la aniquilación de la entidad sionista recae por ello en el interés nacional», defendió en referencia a Israel. El Gobierno hebreo se marcó como prioridad acabar con todos los jefes de la milicia palestina tras el ataque del 7 de octubre.