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Johana Gil
Viernes, 10 de febrero 2023, 20:29
Contra todo pronóstico de encontrar supervivientes después de 72 horas del terremoto de Turquía, los casos milagro han salido a la luz tras 100 horas bajo los escombros. Han pasado cinco días desde que el seísmo de 7,8 de magnitud y la réplica de ... 7,6 sacudieron el sur del territorio turco y el norte de Siria, donde la cifra de muertos asciende ya a más de 21.000 entre los dos países. Sin embargo, los rescatistas continúan con las labores de búsqueda y han logrado hallar a varias personas con vida.
Cerca de 120.000 brigadistas, entre equipos regionales e internacionales, trabajan en las zonas afectadas. Y aunque a medida que pasan las horas, los índices de supervivencia se reducen, los servicios de emergencia han logrado encontrar hoy a una bebé de 9 meses junto a su madre. Asimismo, una niña de 7 años ha sido liberada de los escombros de un edificio colapsado tras 101 horas atrapada. Todas han sido trasladadas al hospital para monitorear su estado de salud.
Los expertos aseguran que después de tres días, encontrar personas con vida es casi imposible, ya que el cuerpo no logra cumplir sus necesidades básicas. Se cree que lo máximo que se puede resistir es 72 horas sin comer ni beber agua. Aunque los niños, por su tamaño, pueden refugiarse mejor al inicio, la capacidad de sobrevivir disminuye con el paso de los días porque sus reservas son menores a las de un adulto.
A las limitaciones corporales, se suma las condiciones meteorológicas que atraviesa el país. Los supervivientes tienen que soportar a la intemperie temperaturas de hasta 6 grados bajo cero, sin poder moverse. El frío y la nieve complican las labores de los equipos de emergencia. Penetrar el hormigón y sacar los kilos de escombro requiere de tiempo y equipo especializado.
Ante el desolador panorama, los bomberos luchan contrarreloj. Los gritos son cada vez más bajos y las señales de vida son débiles. Por ello, han recurrido a cámaras térmicas y dispositivos de escucha de audio para establecer el paradero de las personas. Una madre, de 32 años, y su hijo, de 10, fueron rescatados tras 101 horas sepultados bajo su vivienda en la ciudad turca de Diyarbakir, en la provincia homónima. Ambos con heridas, han sido trasladados en ambulancia a un hospital cercano para recibir atención médica.
Es una suerte que los últimos hallazgos han sido familiares. Un padre y su hija de 5 años permanecieron cerca de 90 horas entre las estructuras derruidas en la provincia de Hatay. Una hora antes, en Kahramanmaras, un niño de 7 años y su padre, de 32, fueron sacados de los escombros tras 89 horas.
Los aplausos y el llanto de alegría no se han hecho esperar. Los épicos rescates son un milagro para los brigadistas y las familias que aún conservan la esperanza de hallar a sus seres queridos bajo el hormigón. Hasta la región se han enviado grandes cantidades de equipamiento, comidas, bienes de primera necesidad y grupos de ayuda psicosocial.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha sido criticado porque los trabajos de rescate tardaron en iniciar. Y ha sido denunciado por gastar los fondos para atender terremotos en autopistas y otros grandes proyectos. El mandatario ha reconocido que sí tuvieron algunos problemas en las tareas de búsqueda. En el territorio, un total de 6.444 edificios en diez provincias del sureste han colapsado.
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