EE UU y los mediadores apuran las horas para una tregua en Gaza antes del Ramadán

Los mediadores han asegurado este martes que apurarán hasta el último momento en busca de una tregua antes del Ramadán (10 de marzo) que no descartan. La presión de Estados Unidos y una aparente ententé sobre algunos puntos básicos podrían decantar las conversaciones, pese a los mensajes que todavía hablan de un «fracaso» del diálogo y exponen la absoluta resistencia del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a aceptar condiciones de la milicia según él «disparatadas».

Un alto funcionario de la milicia, Bassem Naim, ha informado de que la propuesta presentada a los negociadores durante estos dos últimos días en El Cairo sigue vigente y que Hamás se mantendrá a la espera de una respuesta de Israel. Nain ha declarado a Reuters que Benjamín Netanyahu, «no quiere llegar a un acuerdo y la pelota ahora está en el tejado de los estadounidenses». Es decir, según el movimiento islamista ahora corresponde a Washington presionar al Gobierno de Tel Aviv para que afloje su postura.

El portavoz de la milicia se ha expresado así a renglón seguido de la visita del ministro Benny Gantz, miembro del gabinete de guerra de Netanyahu, a la Casa Blanca, donde se ha entrevistado la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris. Según 'The Times of Israel', Harris ha dado una de cal y otra de arena. La vicepresidenta «expresó su profunda preocupación por las condiciones humanitarias en Gaza» y al mismo tiempo valoró el «enfoque constructivo» de Israel en las negociaciones.

La prioridad de la Casa Blanca, según sus propios portavoces, es poner fin a la «catástrofe humanitaria» en la Franja, donde 30.631 palestinos han perdido ya la vida en apenas cinco meses de guerra. En su reunión con Gantz, Harris urgió a Hamás a aceptar una tregua y a Netanyahu a acelerar la ayuda a los civiles. Analistas norteamericanos reflejan este martes, en cualquier caso, que el distanciamiento del presidente estadounidense Joe Biden respecto al primer ministro israelí es cada día mayor.

La incertidumbre que rodea la aplicación de un alto el fuego es absoluta. Mientras Bassem Nain informaba del rumbo negativo de las conversaciones, fuentes palestinas y egipcias recordaron a la agencia EFE que Hamás e Israel habían acordado los «puntos básicos» para alcanzar una tregua de cuarenta días,

El compromiso supone liberar a 40 rehenes israelíes a cambio de 404 presos palestinos, entre ellos veinte sentenciados a cadena perpetua, tal y como se dio a conocer este fin de semana pasado. Entre otros puntos, la milicia exige además la retirada de Fuerzas de Defensa de los núcleos de las ciudades, la promesa de no entrar en Gaza y el suministro diario de 500 camiones de ayuda humanitaria. Asimismo, pone como condición el regreso escalonado de los civiles al norte de la Franja, a razón de 500 familias por día durante el alto el fuego.

La televisión egipcia aseguró el lunes que se habían producido «avances significativos» en las conversaciones, aunque más tarde portavoces israelíes y de la milicia se acusaron de bloquear la negociación. Dos grandes obstáculos consisten en el rechazo de Tel Aviv a que los militares dejen libres áreas de la Franja y la negativa de Hamás a hacer pública la información sobre los rehenes que mantiene secuestrados. El ejército tampoco ve con buenos ojos el retorno de los civiles al norte de Gaza, convencido de que entre ellos se infiltrarían combatientes radicales.

Israel cree que un número significativo de los cautivos ha muerto en las últimas semanas, bien de inanición o de maltrato (la milicia admite que algunos rehenes han fallecido, aunque lo atribuye a los bombardeos del ejército). Un argumento que, además, ha reforzado la publicación del informe de la ONU sobre la violencia sexual ejercida por los milicianos contra las víctimas de la masacre del 7 de octubre pasado. La investigación sostiene que las vejaciones y violaciones estarían continuando sobre los secuestrados, lo que ha llevado a Tel Aviv a exigir también información sobre el estado físico y psicológico de los supervivientes.

Hamas ha reiterado este martes que le es imposible proporcionar a Tel Aviv una lista de los cautivos que permanecen con vida. Para ello, afirma que es necesario decretar primero un alto el fuego, puesto que los rehenes están retenidos por grupos diferentes de milicianos y además muchos están dispersos en zonas de combate. «Ahora es imposible saber exactamente quién sigue vivo y quién ha muerto a causa del bombardeo israelí o quién ha muerto de hambre a causa del bloqueo de alimentos israelí«, ha dicho Bassem Naim

La milicia eleva la cifra de rehenes muertos «por bombardeos israelíes» a 70, aunque Tel Aviv solo ha confirmado la muerte de una treintena, de los 130 que siguen presos. Israel y Hamás ya pactaron en noviembre una tregua que permitió la liberación de 105 rehenes a cambio de la excarcelación de 240 palestinos.