Los kurdos se preparan para la ilegalización de su partido en Turquía

Como ya ocurrió en cada ilegalización anterior, la Fiscalía acusa al partido de tener vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), designado como grupo terrorista por Turquía, Estados Unidos y la Unión Europea. El HDP niega estos vínculos y piensa que «los motivos son estrictamente políticos y la agenda la marca las elecciones del 14 de mayo. No hemos cometido ningún crimen, pero somos el actor clave que evitó la mayoría absoluta del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) en los comicios de 2015 y en las municipales de 2019, al juntarnos con el resto de fuerzas de la oposición, posibilitamos la derrota de Recep Tayyip Erdogan en Estambul o Ankara. El presidente sabe que si nos volvemos a juntar, no será reelegido y por eso nos quiere fuera», opina Hisyar Özsoy, diputado en el parlamento del HDP.

Congelar las cuentas ha sido el último paso de una larga lista de castigos a un partido cuyos dos líderes están en la cárcel desde 2016, Figen Yüksekdag y Selahattin Demirtas, las alcaldías intervenidas y millares de militantes encerrados.

La justicia turca ya ha ilegalizado a los kurdos en seis ocasiones. La primera de ellos fue una década antes de llegar Erdogan al poder, en 1993, cuando el Partido Laborista del Pueblo tuvo que cesar su actividad. Desde entonces han reaparecido una y otra vez bajo siglas diferentes para seguir activos en la vida política del país y esta vez planean hacer lo mismo. Tienen listo el nuevo partido que sustituirá al HDP y «sabemos que nuestra gente nos votará, un 10% del electorado nos apoyará sean cuales sean las siglas o los candidatos», apunta uno de los asesores de Özsoy.

Los kurdos forman parte de una coalición de partidos de izquierda y extrema izquierda que contará con su propio candidato a las urnas y el de Özsoy es uno de los nombres que suenan con fuerza en los medios para enfrentarse a Erdogan.

Aunque el «todos contra Erdogan» de las municipales funcionó en las grandes ciudades del país, ahora los partidos de la oposición prefieren mantener la distancia con el HDP. Esta oposición está unida bajo el nombre de Mesa de los Seis, la lidera el kemalista Partido Republicano del Pueblo (CHP) y esperará hasta el último momento para hacer público el nombre del candidato presidencial porque saben que en cuanto se conozca se convertirá en el centro de los ataques del dirigente islamista.

En un país en el que cada proceso electoral es un plebiscito sobre la figura de Erdogan, las encuestas apuntan a un resultado muy reñido entre el bloque pro y anti presidente por lo que los kurdos serán decisivos. «Respecto a los kurdos no hay diferencias entre todos los partidos de las dos grandes coaliciones, son «turquistas», populistas y militaristas. Los dos principales partidos de la oposición son ante todo nacionalistas y ultranacionalistas, y el resto islamistas… muy alejados de nosotros, pero sin nuestro apoyo no llegan al 50% más uno para tener mayoría», apunta Özsoy a quien le vuelven a llamar para que vuelva a la sala de reuniones. La cuenta atrás para la ilegalización está en macha, solo falta conocer el día.