Una multitud busca supervivientes en la localidad de Adana, en el sureste de Turquía AFP

«Todos con los que jugué hace tres semanas han desaparecido»

Borja Sainz, excanterano del Athletic, que militó en el Alavés y ahora juega en un club turco, confiesa que ante una catástrofe así «es imposible saber cómo reaccionar»

J. Gil

Lunes, 6 de febrero 2023, 22:49

«No sabes cómo reaccionar. Es imposible. Hace solo tres semanas estuvimos jugando en la ciudad y ahora los compañeros están desaparecidos», lamenta el futbolista vasco, Borja Sainz. Excanterano del Athletic y exjugador del Alavés, el delantero vasco milita ahora en el Giresunspor de la ... Superliga de Turquía. En el momento en que la tierra tembló, él estaba en su residencia, en el norte del país, donde vive desde agosto del año pasado.

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Pese a que se encuentra en Giresun, a casi 600 kilómetros del epicentro de la catástrofe, localizado en Kahramanmaraş, Sainz fue testigo del caos y el horror en el que se sumergió la población a medida que avanzaba la jornada y se conocía el grado de destrucción y de muerte. El miedo se ha instalado a lo largo de todo el territorio, afirmaba el futbolista en una conversación telefónica con este periódico, empujando a los turcos a ponerse en contacto con sus allegados y amistades en la zona afectada. «Nos hemos despertado con los mensajes de nuestros compañeros de equipo que sintieron cómo se movían las camas y los televisores», indicó a este periódico todavía en «estado de shock. Resulta impresionante saber que hace muy poco estuviste en ese lugar y ahora solo quedan escombros», relataba. «Un muchacho que recuerdo porque metió un gol en el partido que jugamos allí, vivía en uno de los edificios que se derrumbaron. Ahora todos estamos atentos a que aparezca con vida», aseguró.

Una crisis sobrevenida

A mediodía de este lunes, él y sus compañeros se dirigieron al entrenamiento habitual -eso sucedió antes de que la Liga turca anunciara la suspensión temporal de los partidos- y percibieron leves temblores como resultado de unas réplicas que han alcanzado una docena de países. «Nos asustamos», admitió el exjugador que dio sus primeros pasos en el Leioa antes de pasar a la cantera del Athletic. La plantilla no tardó en percatarse de la tragedia por la que pasaba la población en la región. El entrenador y los directivos les solicitaron que mantuvieran la calma ya que, en caso de una réplica, «en Giresun no sería de la misma magnitud».

«Estamos atentos. Nos han pedido ayuda para conseguir alimentos y mantas, y también que no estemos asustados», subrayó. Sainz dedicó este lunes buena parte de su jornada a enviar mensajes a los jugadores de otros clubes en el entorno de Kahramanmaraş o a aquellos que por el calendario oficial de competiciones debían hallarse en la zona, con el fin de comprobar si se hallaban ilesos.

«Este terremoto viene a sumarse a una crisis que ya sufrían millones de personas», declaraban este lunes portavoces de la ONG Médicos del Mundo, cuyos equipos desplazados al sureste de Turquía y el norte de Siria atienden los campamentos de refugiados. Sus efectivos trabajan ahora en la zona más castigada para asistir a los miles de heridos en el terremoto.

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A los catorce hospitales móviles de la organización que cuentan con personal sanitario español, se trasladaron numerosas víctimas con lesiones muy graves. El coordinador de MSF en Siria, Sebastien Gay, destacó que, «afortunadamente, nuestros equipos y familias se encuentran bien», pese a que muchos sintieron el violento temblor.

Alejandro León, misionero salesiano, coincidió en que «el terremoto se ha sentido muy fuerte y durante mucho tiempo». El religioso vive en Kafroun, cerca de la frontera con Líbano. «Cuando se produjo el seísmo, algunas familias se refugiaron en nuestra casa de Alepo. Llegaron con lo puesto y las atendimos con ropa de abrigo y comida», explicó León.

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