Secciones
Servicios
Destacamos
MERCEDES GALLEGO
CORRESPONSAL. NUEVA YORK
Miércoles, 22 de febrero 2023, 21:12
El éxito diplomático de la ONU en el conflicto entre Israel y Palestina tardó muy poco en vestirse de luto. Este miércoles, los soldados israelíes entraron como bárbaros en la ciudad ocupada de Nablus y dejaron al menos diez muertos y más de un centenar ... de heridos.
No fue un desafortunado incidente que manchó los esfuerzos diplomáticos, sino una operación bien planeada. La docena de vehículos blindados que llevaban las fuerzas especiales llegó a las diez en punto, hora local. Bloqueó los accesos de la ciudad y se abrió paso durante cuatro horas de batalla, a golpe de metralla indiscriminada y gases lacrimógenos, hacia la casa de los comandantes de las milicias palestinas que buscaba, Hossam Isleem y Mohammad Abdulghani. Ellos los vieron venir e hicieron votos en las redes sociales de no rendirse. El Ejército israelí no lo dudó. Demolió la vivienda con todos dentro y recuperó sus cadáveres de entre los escombros, junto con el de otro miliciano. Por el camino se llevó por delante a tres civiles, un hombre de 72 años y un chico de 14.
Con ellos la cifra de víctimas mortales asesinadas por las fuerzas israelíes desde principios de año llega ya a 61, incluidos 13 niños. Por las calles del casco viejo de Nablus, que ha sido objeto de muchas incursiones en los últimos meses, quedaron ayer números coches aplastados y 102 heridos, seis de ellos en estado crítico que podrían engrosar la cifra de víctimas mortales. Según el ministerio de Salud de la Autoridad Palestina, 82 habían sido alcanzados con munición.
«La resistencia de Gaza está observando la escalada de crímenes del enemigo en contra de nuestra gente en la Cisjordania ocupada y su paciencia se está agotando», amenazó Abu Obeida, portavoz de Hamas, que gobierna la franja de Gaza. Los gobiernos de Arabia Saudi, Egipto, Qatar y Jordania, actores y mediadores del conflicto, condenaron la acción.
La Autoridad Nacional Palestina, a la que se acusa de haber generado la aparición de las milicias de autodefensa por su propia inacción para defender a la población, había seguido una estrategia muy distinta a la de las armas. Sus representantes en la ONU impulsaron una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU para condenar a Israel por la expansión de los asentamientos y exigir el alto a toda actividad, a sabiendas de que con ese debate podrían opacar la semana de Ucrania. Fue ese temor el que forzó a EEUU a salvar el aniversario de la invasión rusa con un pacto en el que las dos partes, Palestina e Israel, se comprometen a una tregua de seis meses por la que Israel paralizará las construcciones y los palestinos prometen no interponer nuevas acciones diplomáticas, ni en el Consejo de Seguridad ni en ningún otro órgano internacional, «al menos hasta agosto».
Era la primera vez en seis años que el gobierno estadounidense permitía en ese órgano algún tipo de acción que arremeta contra Israel. El texto de Palestina no hubiera prosperado nunca, ni con mayoría de votos, porque EEUU tiene derecho a veto en el máximo órgano de la ONU, pero verse forzado a ello hubiera eclipsado su esfuerzo de poner la invasión de Ucrania a la luz de los focos durante este aniversario y le hubiera sacado los colores con Rusia, que le tacha de doble rasero. En lugar de ello, el Consejo de Seguridad ha adoptado por unanimidad de sus 15 miembros una «declaración presidencial», que no tiene carácter vinculante.
El gobierno de Biden busca el apoyo de países como Emiratos Arabes Unidos y otros países de la región que simpatizan con la causa palestina para que apoyen la resolución de condena a la invasión de Ucrania y la petición de un alto al fuego que se votará este jueves en la Asamblea General, con la petición de una retirada inmediata de las tropas rusas. En ese contexto, la brutalidad israelí no ayuda a la causa estadounidense.
La plana mayor de la diplomacia norteamericana se ha desplazado a la ONU esta semana para alcanzar este acuerdo con Palestina, incluyendo al secretario de Estado, Anthony Blinken, el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan y el enviado especial para asuntos palestinos, Hady Amr.
Todavía, después de abortar la crisis en el Consejo de Seguridad, el martes el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU, Volker Turk, se pronunció sobre los planes del gobierno ultraderechista de Benjamin Netanyahu para reformar el poder judicial, con la advertencia de que «minaría drásticamente» su independencia y capacidad para controlar eficazmente a los poderes ejecutivos y legislativos. Su llamado a «pausar» los planes ha recibido la misma respuesta que los intentos norteamericanos de calmar a su aliado israelí para que no le agüe la semana de Ucrania.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El legado vikingo que revive en un pueblo de Burgos
BURGOSconecta
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.