Israel mata en Beirut al número dos de Hamás y abre la puerta a una guerra a gran escala

Israel golpea a la cúpula de Hamás con este asesinato mientras extiende la guerra a Beirut y Oriente Medio contiene la respiración ante el riesgo real de que el conflicto se propague con fuerza por la región. Tel Aviv activó de manera inmediata el nivel de alerta máxima ante la más que posible respuesta de Hezbolá.

Al Arouri era uno de los tres grandes líderes del grupo islamista en estos momentos junto a Mohamed Deif, responsable del ala militar, y Yahya Sinwar, cabecilla político en la Franja. Los israelíes le consideraban uno de los cerebros de los ataques del 7 de octubre en los que el brazo armado de Hamás logró superar la verja de seguridad, matar a 1.200 personas en las comunidades próximas a Gaza y secuestrar a más de 200 Al Arouri, de 57 años, había pasado dos décadas en cárceles israelíes hasta que en 2010 fue liberado con la condición de que se exiliara. Hace un lustro llegó a territorio libanés -donde el movimiento proiraní Hezbolá tiene uno de sus bastiones en la capital- y desde allí se enteró a finales de octubre que el ejército hebreo había bombardeado su casa en Cisjordania. «Este ataque -el de este martes- es un nuevo crimen israelí que busca llevar a Líbano a una nueva fase de enfrentamientos», avisó el primer ministro libanés, Nayib Mikati.

Tras la matanza del 7 de octubre, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, logra con esta muerte la ansiada venganza que buscaba contra Hamás. En estas largas semanas de duros bombardeos y operación terrestre sus soldados han sido incapaces de localizar a los líderes del movimiento islamista dentro de Gaza o rescatar a los cautivos que siguen en poder de las milicias palestinas.

Con este golpe se cierra una fase en la guerra de Gaza, que está a punto de cumplir tres meses en los que ya han muerto más de 22.000 personas, la mayoría mujeres y niños, y empieza otra diferente. El Estado judío lanza un órdago en toda regla a Hezbolá y cruza una línea roja marcada por Hasán Nasrala. La milicia chií libanesa avisó este martes en un comunicado de que el asesinato de Al Arouri en su territorio «no quedará impune» y los hebreos saben de la potencia de este grupo con quien libró su última guerra en 2006. En cada una de sus intervenciones Nasrala ha repetido que «si Israel ataca Dahiyeh, bombardearemos Tel Aviv».

Israel ya ha movido ficha, ¿qué hará Hezbolá? Al Arouri era menos conocido para el gran público que Sinwar, pero su papel en las Brigadas Al Qassam, brazo armado de Hamás, dentro y fuera de Gaza, era clave. Fuentes libanesas indicaron que, tras conocer la noticia, Nasrala suspendió el discurso previsto para esta semana. El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, también podría cancelar el viaje que tenía planificado a Tel Aviv en los próximos días.

Esta operación al sur de Beirut, en Dahiyeh, corazón del gran feudo de Hezbolá, demuestra que Israel cuenta con mejor Inteligencia en Líbano que en Gaza, donde después de 88 días de guerra no ha podido localizar a ninguno de los grandes jefes de Hamás, que siguen escondidos en los túneles. Algo similar ocurre en Siria, donde la semana pasada asesinó al general de la Guardia Revolucionaria, Razi Mousavi. Irán también clamó venganza, pero la república islámica suele actuar de manera indirecta en estas situaciones a través de sus grupos más cercanos.