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Israel e Irán, Irán e Israel, juegan una partida peligrosa de ataques y respuestas que en cualquier momento puede hacer estallar una guerra a gran escala. Los hebreos esperan que la república islámica mueva ficha cuando está a punto de cumplirse la primera semana desde ... el asesinato de Ismail Haniyeh en Teherán y Estados Unidos aseguró a primera hora de este lunes que el ataque era «inminente».
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Las probabilidades de la inminencia del ataque aumentaron al conocerse que Teherán emitió un aviso a las aerolíneas, conocido como NOTAM (siglas en inglés de 'aviso a los pilotos'), para advertir a los aviones de peligros en la ruta y pedir que no sobrevuelen centro, oeste y noroeste de Irán. Jordania también lanzó un mensaje de alerta para solicitar a las aeronaves que viajen con combustible extra para al menos 45 minutos más de vuelo.
El general estadounidense responsable de Oriente Medio, Michael Erik Kurilla, aterrizó en Tel Aviv para coordinar la defensa con los mandos israelíes y con el paso de las horas y la llegada de la oscuridad la gran pregunta era conocer si esta sería la noche elegida o si se mantendría la tensa espera una jornada más. El papel de Estados Unidos, y de la alianza formada por Reino Unido y países árabes aliados, como Jordania, Emiratos Árabes Unidos, o Egipto, resultó clave para detener los trescientos misiles y drones lanzados por los iraníes en abril.
Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí, insistió un día más en que su país libra «en una guerra multifrente contra el eje maligno de Irán» y está «preparado para cualquier escenario, tanto ofensivo como defensivo». Ese eje al que se refiere Netanyahu lo forman Hamás, en los territorios palestinos, Hezbolá, en Líbano y Siria, las milicias chiíes, en Irak, y los hutíes de Yemen.
La residencia oficial del primer ministro se encuentra en la calle Gaza de Jerusalén, en el barrio de Rehavia. Allí, a pocos metros de la tienda de protesta levantada por las familias de los cautivos en manos de Hamás, la vida discurre con aparente normalidad en cafés muy de moda entre los jerosolimitanos como Sybaris. Es uno de los lugares que frecuenta el activista de los derechos humanos y analista Meir Margalit, autor de libros como 'Jerusalén, la ciudad imposible». En medio de la aparente normalidad, «todos estamos preocupados por lo que nos espera. No será algo tan medido como en abril, esta vez será más fuerte y contará con Hezbolá, lo que supone que el ejército tiene menos tiempo para reaccionar. Cualquier error de cálculo que lleve a una masacre de civiles puede tener consecuencias muy graves porque la contra respuesta de Israel será demoledora», opina Margalit.
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Aquí consideran a Jerusalén una ciudad segura debido a la presencia del tercer lugar más sagrado para el Islam, la mezquita de Al Aqsa, y la fuerte presencia de palestinos en la zona oriental de la ciudad santa. Haifa y Tel Aviv, serían los puntos con más riesgo de estar en el punto de mira de misiles y drones del Irán y su 'eje de la resistencia'.
El ataque iraní es el monotema y fue también el centro de las críticas por parte del líder de la oposición, Yair Lapid, quien preguntó a Netanyahu: «¿Es aceptable que un país se pase cinco días sentado y esperando a ser bombardeado?» Esta es una queja extendida a los sectores ultranacionalistas, aliados en el gobierno, quienes exigen golpear primero con una operación preventiva en el mismo Irán, que aleje el riesgo de los bombardeos enemigos.
Meir Margalit
Activista por los derechos humanos y analista
Mientras se ultiman los preparativos para la defensa de los misiles iraníes, la guerra sigue su marcha en Gaza, donde Israel mató a al menos cuarenta personas, según el Ministerio de Salud de la Franja. En el hospital Al Nasser de Khan Jounis se vivió por cuarta vez en los últimos diez meses la entrega de cuerpos de palestinos sin identificar por parte del ejército. Las familias corrieron a ver si encontraban a sus seres queridos desaparecidos, pero el estado de los restos hizo imposible cualquier identificación y fueron enterrados en una fosa común.
Irán jugó un día más su partida de guerra psicológica y mantuvo un hermetismo total sobre un ataque que recibió el apoyo del Parlamento. El portavoz de la Cámara, Mohammad Baqer Galibaf, dijo que los diputados piden una «reacción disuasoria» para proteger los intereses nacionales. Galibaf apuntó que «se debe tomar una dura venganza por el martirio de Haniyeh, que estaba en Teherán como invitado». El líder político de Hamás fue asesinado en una residencia de la Guardia Revolucionaria tras tomar parte en la investidura del presidente persa, Masoud Pezeshkian.
El exjefe de Inteligencia de la Guardia Revolucionaria, Hosein Taeb, declaró que la operación que han preparado «sorprenderá» al enemigo porque «no entra dentro de los marcos previstos». La república islámica mantiene este tono desafiante desde que se produjo un asesinato que supuso un golpe directo a los servicios de seguridad iraníes que ahora buscan vengar a base de misiles y drones.
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