Israel cierra el castigo a Yenín con diez palestinos muertos

El ministro de Defensa, Yoav Gallant, proclamó victoria y afirmó que Yenín «en los últimos dos años se había convertido en una fábrica del terror y esto se ha terminado en los últimos dos días», pero los choques se intensificaron al atardecer. La respuesta palestina llegó en forma de un intento de atropello múltiple en Tel Aviv, donde siete peatones resultaron heridos, varios de ellos de gravedad. El conductor embistió a un grupo de viandantes en un paseo de la ciudad costera y después trató de acuchillar a las víctimas, pero fue abatido por los disparos de un ciudadano armado.

La mayor operación lanzada en Cisjordania por el Estado judío en las últimas dos décadas recibió la condena de países aliados de Israel como Egipto y Jordania. Desde Naciones Unidas se mostraron «alarmados por la escala de las operaciones aéreas y terrestres que se llevan a cabo en un campo de refugiados densamente poblado», en palabras de Vanessa Huguenin, portavoz de la oficina humanitaria del organismo internacional. En Yenín, levantado en 1950, viven entre 14.000 y 20.000 personas.

Fuentes palestinas consultadas aseguran que el 90% de los combatientes ha logrado escapar por un túnel y que el enemigo aún no ha logrado penetrar en amplias partes del campo. Yihad Islámica es la facción más importante, aunque desde hace meses pelean unidas bajo el paraguas de las recién creadas Brigadas de Yenín, donde también hay seguidores de Hamás.

Los choques se extendieron del campo a la ciudad y los israelíes realizaron una redada en el hospital Ibn Sina a la búsqueda de milicianos heridos y en su acceso lanzaron gases lacrimógenos. El trabajo de los sanitarios palestinos, como el de los periodistas, no es para nada seguro en este tipo de operaciones. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) denunciaron que, debido a las restricciones impuestas por el ejército, «se ha impedido que los equipos de socorro ingresen al campo incluso para llegar a personas que han resultado heridas de gravedad», declaró su portavoz, Christian Lindmeier. La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) condenó la denegación de acceso e informó de que sus equipos a las puertas del campamento atendieron a pacientes con heridas de bala.

Las voces críticas con Netanyahu consideran esta operación como una concesión al sector más radical del Gobierno, liderado por el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, quien pedía un gran ataque en Yenín desde hacía semanas. Las identidades de los palestinos muertos revelan que, de momento, Israel no ha conseguido acabar con los máximos responsables de las Brigadas, lo que supone que la amenaza se mantiene pese a las últimas 48 horas de ataques de aviación, incursión terrestre, destrucción de las rutas principales del campo y aprehensión de munición y explosivos.