Secciones
Servicios
Destacamos
Miguel Pérez
Domingo, 25 de agosto 2024
Israel lanzó ayer el mayor bombardeo contra Hezbolá desde la guerra de Líbano de 2006. Un centenar de aviones de la fuerza aérea cruzó la frontera y arrasó con «miles de lanzacohetes» en cuarenta enclaves del sur libanés. Tel Aviv lo justificó como un «ataque ... preventivo», después de conocer que la milicia chií había armado cientos de baterías para atacar el norte y centro del Estado hebreo en represalia por el asesinato reciente de uno de sus máximos comandantes.
Más imágenes del ataque de Hezbolá esta madrugada contra el norte de Israel y las intercepciones de nuestro sistema de defensa aérea.
— Israel en Español (@IsraelinSpanish) August 25, 2024
Israel hará lo que sea necesario para proteger a su pueblo del terrorismo, tal como lo haría cualquier otro país. pic.twitter.com/2iFM08WcWp
Los cielos a uno y otro lado de la muga registraron un inusitado intercambio de misiles y explosiones aéreas. Pese a la intensidad de la ofensiva aérea, Hezbolá logró disparar 210 cohetes y 20 drones en dirección a las comunidades del norte de Israel y los Altos del Golán. La mayoría fueron neutralizados por los cazas, el escudo antiaéreo, conocido como Iron Drome, y los buques de la Armada. El resto cayeron en zonas abiertas y poblaciones poco habitadas.
Noticia relacionada
Israel notificó la muerte de un militar de la Armada en circunstancias confusas. Investiga si un interceptor que perseguía un dron cambió de objetivo por un buque de guerra. Beirut informó, por su parte, de tres fallecidos. Fuentes del ejército señalaron que siete combatientes de Hezbolá también perdieron la vida, aunque inicialmente la organización proiraní negó que hubiera sufrido bajas o daños en el masivo bombardeo, coordinado para que todos los cazas actuasen al mismo tiempo.
El relato de las Fuerzas de Defensa arranca con el descubrimiento, por parte de su agencia de Inteligencia, de un plan de Hezbolá para enviar una devastadora ola de cohetes y drones sin precedentes sobre el Estado hebreo a las 5.00 horas de ayer (cuatro de la madrugada en España). Así lo aseguran fuentes militares, que ya el sábado habían advertido a Estados Unidos de una posible e inminente escalada bélica de la milicia. La Casa Blanca, con el presidente Joe Biden a la cabeza, monitorizó toda la operación desde Washington, al igual que la embajada norteamericana en Beirut.
Precisamente, este lunes se ha sabido que EE UU ayudó a Israel a «detectar próximos ataques» de Hezbolá, según un funcionario del Departamento de Defensa, pero no participó en los bombardeos «preventivos» llevados a cabo por el Ejército israelí ni en el derribo de proyectiles de la milicia durante este fin de semana. Asimismo, la citada fuente ha señalado que Washington «seguirá vigilando de cerca la situación» y que se mantendrán «desplegados y preparados para apoyar la defensa de Israel frente a los ataques de Irán y de cualquiera de sus aliados».
Las Fuerzas de Defensa israelíes orquestaron su operación en completo hermetismo. Sólo unos minutos antes de la hora fijada, los bombarderos hebreos despegaron de sus bases y amparados en la oscuridad de la madrugada sorprendieron a los milicianos antes de que pudieran ejecutar su ofensiva. Los aviones atacaron simultáneamente los emplazamientos donde los combatientes chiíes, siempre según fuentes de Tel Aviv, habían ya armado sus lanzaderas y permanecían a la espera de abrir fuego. Eran unos cientos de baterías, pero Israel afirmó ayer que ha barrido miles para adelantarse a «futuras amenazas».
El «campo de misiles» de Hezbolá se hallaba en el sur de Líbano. Allí se produjeron la mayoría de las explosiones, fácilmente rastreables por las columnas de denso humo negro. La información del Ministerio de Defensa refleja que las plataformas lanzacohetes apuntaban al norte de Israel, pero también al centro de Tel Aviv. Entre los objetivos figuraba la base de Gilot, cerca de Herzliya, donde se encuentran el cuartel general del Mossad y algunas de las principales unidades de Inteligencia del ejército. La milicia declaró que había alcanzado once bases en el norte de Israel causando diferentes destrozos.
El mayor número de cohetes cayó en campo abierto. Una granja avícola resultó parcialmente destruida. Y una familia de cinco miembros salvó la vida en la ciudad costera de Acre al refugiarse dentro de un armario cuando un proyectil impactó contra su vivienda. La madre explicó que su casa carecía de una habitación segura y tampoco tuvieron tiempo de acudir al refugio comunitario más cercano. «Si no nos cuidamos nosotros, ¿quién nos cuidará?», se preguntaba ayer mientras explicaba cómo situó a sus familiares en el armario, un zapatero donde apenas caben dos personas.
El Ministerio de Defensa activó el estado de máxima alerta desde Tel Aviv hasta la frontera con Líbano, aunque más tarde lo redujo a las comunidades del norte. Más de 60.000 residentes han sido evacuados. Cuando suenan las sirenas, los vecinos acuden a los refugios. Quien puede se construye uno particular. Durante varias horas el aeropuerto Ben Gurion permaneció cerrado y diversas aerolíneas han decidido suspender vuelos mientras la crisis no se resuelva. El presidente, Isaac Herzog, elogió la«acción decisiva» del ejército, que enmarcó en el «deber del país de defenderse a sí mismo y a sus ciudadanos contra la amenaza del terrorismo».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Los Reyes, en el estand de Cantabria en Fitur
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.