Israel avisa a Irán que «nadie es inmune» tras matar a un asesor de la Guardia Revolucionaria

Cabe suponer que, en el caso de Irak, el dirigente del gubernamental partido Likud se arroga las operaciones dirigidas por Estados Unidos contra las milicias iraníes que atacan sus bases militares en ese país. Este martes mismo, el Pentágono ordenó sendos bombardeos sobre dos de estas células, con un balance de un muerto y veinte heridos. Respecto a Yemen, Gallant se atribuye también las acciones de la flota internacional en el mar Rojo contra los rebeldes hutíes.

El principal valor de sus palabras reside en que por primera vez el Gobierno reconoce que su ofensiva en Gaza ya no se trata únicamente de una guerra doméstica, sino que produce serios efectos y represalias en los países del entorno. Y que Israel está dispuesto a responderlos: «Todo aquel que actúa contra nosotros es un objetivo potencial».

Gallant realizó esta declaración en la sede de la Knesset para concienciar a los diputados de que el conflicto en la Franja supone «costos elevados», en alusión a los 161 militares muertos hasta ahora en la operación y al hecho de que ésta lleva implícitos riesgos de grueso calibre. El mensaje estuvo enfocado a las autoridades de Teherán, iracundas desde que la aviación asesinara el lunes a uno de los principales asesores de la Guardia Revolucionaria, Razi Musavi, en Siria.

La muerte de Musavi supone un punto y aparte en la crítica relación entre los dos gobiernos de Oriente Medio, que en 2025 cumplirán cuarenta años de confrontación. El general murió en un bombardeo con misiles en Sayeda Zeinab, a las afueras de Damasco. Algunas fuentes creen que pudo caer en una emboscada. Poco después, el presidente iraní, Ebrahim Raisi, prometió que Israel «pagará por este crimen». Su ministro de Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian, aseguró posteriormente que Tel Aviv «se enfrenta a una dura cuenta atrás». Y la cascada de declaraciones amenazantes continuó este martes, precisamente el mismo día en el que la Organización Internacional de la Energía Atómica publicó una alerta sobre cómo Teherán ha acelerado la producción de uranio enriquecido: a finales de noviembre había conseguido nueve kilos de este material con una pureza del 60% –una bomba atómica necesita un grado del 80%–, frente a los tres kilos obtenidos en los meses anteriores.

Las Fuerzas de Defensa ni confirmaron ni desmintieron el bombardeo que acabó con la vida del «experimentado militar», aunque es habitual que sus aviones ataquen zonas del territorio sirio donde están presentes las milicias locales o la libanesa Hezbolá con el fin de evitar «amenazas» en sus fronteras. Musavi asesoraba al Gobierno de Siria en materia militar y presumiblemente organizaba el traslado de armas a Hezbolá y otros grupos armados contrarios al Estado hebreo. El «honorable mártir», como le definió Amir-Abdollahian, pertenecía al antiguo círculo de Qasem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds, el grupo de élite de la Guardia Revolucionaria Islámica, quien falleció en un bombardeo estadounidense sobre el aeropuerto de Bagdad en 2020.

El jefe del Estado Mayor de Israel, el teniente general Herzi Halevi, coincidió con el ministro de Defensa en que la guerra «durará muchos meses» y anunció que a partir de ahora la ofensiva se cebará con el centro y sur de Gaza, donde los ataques aéreos se han convertido en un martilleo constante, a la par que las tropas aflojarán la presión en el norte a medida que «se completa su control». Un informe del Canal 12 israelí ha adelantado que el ejército se prepara para una confrontación de intensidad más baja de la que ha azotado hasta ahora la Franja, donde 22.000 personas, la mayoría civiles, han perdido la vida.

Al parecer, será sustituida por una campaña más prolongada y también selectiva de golpes contra Hamás. El Gobierno construirá además una nueva zona de seguridad de un kilómetro de anchura a lo largo de la frontera de la Franja para evitar que los gazatíes se acerquen a la valla. El nuevo planteamiento se ajustaría mejor a los emplazamientos de EE UU, que ha exigido rebajar la intensidad bélica, con una fecha límite de enero para su aplicación.