Desde el 7 de octubre Israel y Hezbolá están metidos de lleno en el macabro juego de ataques y respuestas en el que cualquier error de cálculo puede hacer estallar un conflicto a gran escala. Menos de una semana después del asesinato en Beirut de ... Salah al-Arouri, número dos de Hamás, Tel Aviv volvió a mover ficha y este lunes mató muy cerca de la frontera al comandante de la milicia proiraní Wissam al-Tawil, cuyo nombre de guerra era 'Jawad'. Los combatientes chiís ha perdido más de 140 hombres en los últimos tres meses y Al-Tawil, que pertenecía a la unidad de élite Radwan, es el miliciano de mayor rango que ha eliminado Israel hasta el momento. Ahora es el turno de respuesta para Hezbolá, que vengará la muerte de su hombre, cuyo coche fue destruido por un proyectil en un ataque selectivo.
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Tras el asesinato de Al-Arouri, Hasan Nasrala, líder de Hezbolá, clamó venganza y el primer paso consistió en lanzar decenas de cohetes contra una importante base de vigilancia hebrea en el monte Merón. Los medios israelíes identificaron a Al-Tawil como el máximo responsable de ese ataque contra unas instalaciones que sufrieron graves daños y también le señalaron como la persona que preparó el secuestro de dos soldados en 2006, la chispa que hizo estallar la guerra de aquel momento.
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Hasta el momento, Hezbolá ha dado muestras de no querer entrar en una guerra total. Sus ataques, que han obligado a la evacuación de las localidades vecinas a la frontera, se centran en un perímetro concreto y los mensajes de sus responsables, con Nasrala a la cabeza, insisten en que «cualquiera que piense en una guerra contra nosotros… Lo lamentará». Hezbolá es una milicia más fuerte que Hamás y en 2006 libró una contienda de 33 días contra Israel que acabó con una enorme destrucción en Líbano. Esto hace que un amplio sector de la sociedad no apoye un nuevo choque a gran escala.
Israel aprieta el acelerador en su carrera por recuperar el efecto de disuasión perdido el 7 de octubre cuando Hamás superó todas las barreras de seguridad de Gaza, mató a 1.200 personas y se llevó cautivas a otras 250. Estados Unidos ha enviado al secretario de Estado, Antony Blinken, a la zona para intentar frenar la extensión de la guerra a Líbano, pero no será una labor sencilla.Anoche, Israel anunció la muerte de Hasán Akasha, considerado el «principal responsable» deHamás desde Siria en las últimas semanas.
Además, según desvelaron fuentes de inteligencia a 'The Washington Post', la Casa Blanca está alarmada por la posibilidad de que Benjamín Netanyahu decida extender el campo de combate para garantizar su supervivencia política en un momento de máxima discusión interna en torno a su figura.
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En plena escalada de tensión con Hezbolá, el primer ministro viajó a la frontera norte para visitar a las tropas. Dijo que haría «todo lo necesario» para que la seguridad vuelva lo antes posible a la zona y los civiles puedan regresar. En palabras del cuestionado dirigente, «nosotros, por supuesto, preferimos que esto no se haga en una campaña amplia, pero esta posibilidad no nos detendrá». Respecto a Hezbolá señaló: «no deben meterse con nosotros».
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Tras el anuncio del final de las operaciones del ejército al norte de Gaza, cada vez más ojos se fijan en este segundo frente y el ministro de Defensa, Yoav Gallant, concedió una entrevista a 'The Wall Street Journal' en la que afirmó que peleaban «contra un eje, no contra un único enemigo. Irán acumula poder militar alrededor de Israel para poder utilizarlo». En el lado libanés se llama Hezbolá.
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Mientras en Gaza los movimientos militares se trasladan al centro y sur, el final de la misión en la parte norte, gran bastión de los islamistas, ofrece a Israel la posibilidad de destinar un mayor número de tropas a la frontera libanesa. Esta ruleta rusa de ataques y respuestas puede incendiar Líbano.
Las fuerzas de seguridad de Israel desalojaron este lunes por la fuerza a decenas de manifestantes que bloquearon a primera hora la entrada al Parlamento (Knesset) para reclamar la celebración de elecciones anticipadas y la dimisión del Gobierno de Netanyahu. En la operación se llevó a cabo al menos una detención.
La movilización fue organizada por varias personas cuyos familiares murieron en los ataques ejecutados el 7 de octubre por Hamás. «No puede ser que después de quince años de mandato que nos ha llevado a este desastre, este Ejecutivo siga en el poder», dijo Noga Meshulam, uno de los manifestantes, en referencia al mandato del actual primer ministro, en el poder entre 2009 y 2021 y desde diciembre de 2022.
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