Irán recurre a la disuasión nuclear

Ali Vaez, responsable de Irán en el centro de estudios estratégicos International Crisis Group (ICG), ya alertó hace un mes de que el régimen persa «puede dar su último impulso para lograr un elemento de disuasión mayor, es decir, armas nucleares. Esto conlleva riesgos, pero puede darle a Irán el tipo de inmunidad que países como Corea del Norte y Rusia han disfrutado al enfrentarse a Occidente. Si Teherán decide volverse nuclear, será difícil evitarlo. Su programa nuclear está actualmente muy avanzado y ahora está bajo supervisión internacional limitada».

Pese a las sospechas de Occidente, Irán siempre ha defendido que su programa tiene fines civiles. En 2015, bajo el mandato de Barack Obama en EE UU, Teherán firmó un pacto nuclear para limitar el enriquecimiento de uranio a cambio del levantamiento de sanciones. Después llegó Donald Trump para romper el acuerdo y reimponer castigos, aunque la república islámica cumplía lo acordado, según todos los informes de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA). Desde entonces, el régimen iraní ha ido dando pasos que le acercan al porcentaje necesario para el arma nuclear, que asegura son reversibles en cuanto Estados Unidos vuelva a cumplir lo consensuado en 2015 y suprima los castigos. Esta fue una de las promesas de Joe Biden en campaña, pero nunca la ha cumplido.

El acuerdo de 2015 limitaba el enriquecimiento a un 3,67%. Desde su ruptura por parte de Trump, tras una fuerte presión de Israel, la república islámica ha llegado al 60%, un porcentaje muy superior al necesario para usos civiles, según los últimos datos recogidos por la AIEA. Para desarrollar el arma es necesario llegar al 90%.

Israel asegura que responderá a la venganza de Irán por el bombardeo del consulado en Damasco. El ataque podría tener lugar tras la Pascua judía, según los mandos militares, y entre los objetivos señalados por los medios locales figuran las instalaciones nucleares. Estados Unidos le pide a Benjamín Netanyahu «contención» para que no escale el conflicto, pero es el primer ministro hebreo quien tiene a última palabra.

Israel planea el ataque al régimen islámico al mismo tiempo que da los primeros pasos en la operación de Rafah. Los civiles siguen saliendo en dirección al centro de la Franja, aunque todavía quedan muchos en una zona que pronto será campo de batalla. Otro de los pasos que suma Tel Aviv es el despliegue sorpresa de dos brigadas de reservistas cerca de la frontera sur, lo que indica la proximidad de las acciones en un lugar en el que los batallones de Hamás aún no han entrado en combate. Estados Unidos llegó a calificar de «error» esta intervención, pero tras la ofensiva de Irán, según los medios israelíes, Washington habría dado luz verde a su aliado a cambio de contención en su respuesta a la república persa.

Las conversaciones indirectas entre los islamistas e Israel están estancadas desde hace días. El primer ministro de Catar, Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, dijo que el país está revisando su papel de mediador ya que «algunas partes» utilizan el proceso para «intereses políticos» y no para lograr un alto el fuego.