Los partidarios de facciones proiraníes protestan contra los ataques de las fuerzas estadounidenses y británicas contra los rebeldes hutíes de Yemen AFP

Los hutíes resisten los bombardeos y vuelven a atacar a barcos en el mar Rojo

Dos terroristas palestinos asesinan a una anciana y hieren a quince personas al atropellarles con coches robados y después apuñalarles en las cercanías de Tel Aviv

Mikel Ayestaran

Corresponsal. Estambul

Lunes, 15 de enero 2024, 19:10

El ataque lanzado por Estados Unidos y Reino Unido no logra disuadir a unos hutíes que en las últimas 24 horas atacaron un barco militar estadounidense y otro comercial, también de propiedad estadounidense y sin vínculo alguno con Israel. En este segundo caso el Mando ... Central de los Estados Unidos (Centcom) informó a través de X que el barco fue alcanzado por un misil, pero «no registra heridos, ni daños importantes y continúa su viaje». El buque militar no llegó a resultar alcanzado porque un caza neutralizó el proyectil lanzado por los rebeldes.

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Las acciones de los hutíes en el Mar Rojo tienen un impacto mundial debido a los problemas que generan en el tráfico marítimo. Desde noviembre los rebeldes han realizado más de veinte operaciones contra buques mercantes «en solidaridad con Palestina», pero en los mensajes que lanzan a través de su cadena, Al Masirah, reiteran que «la navegación es segura (…) excepto para los barcos israelíes o los que se dirigen a puertos de la Palestina ocupada».

Hasta ahora los ataques son puntuales, pero «la estrategia podría cambiar con una operación en la que empleen varios misiles y drones y las defensas aéreas no sean capaces de dar una respuesta, esta es una amenaza que ya han puesto sobre la mesa los portavoces rebeldes», apuntó el analista de temas de seguridad de la cadena BBC, Frank Gardner. Este es uno de los escenarios que más preocupa en Washington y Londres, las dos cabezas visibles de la coalición que bombardeó posiciones hutíes el viernes.

El tono que emplean los rebeldes en sus comunicados es desafiante e insisten que Yemen será la tumba de EEUU, una frase similar a la que empleaban los talibanes en Afganistán. Para los hutíes los ataques de Estados Unidos y Reino Unido son una especie de victoria porque han conseguido elevar su lucha de un plano doméstico a uno internacional con una superpotencia frente a ellos.

Rafah, en el punto de mira

La guerra en Gaza se extiende a las costas de Yemen en un momento en el que el ejército de Israel centra sus esfuerzos al sur de la Franja. Rafah es la última ciudad que queda pendiente y allí tratarán de localizar a los más de cien cautivos que permanecen en manos de las milicias palestinas y a los desaparecidos líderes de Hamás, Yahya Sinwar y Mohamed Deif. El problema es que en Rafah se hacinan 1,3 millones de personas, cuando antes de la guerra no había más de 300.000. Llegaron aquí en busca de un lugar seguro siguiendo las indicaciones del ejército y ahora están en plena zona de combate.

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La ayuda humanitaria sigue entrando con cuentagotas y las imágenes de los pocos camiones que llegan alcanzar la parte norte, la más castigada por los combates en los primeros meses, son desoladoras. Miles de personas se abalanzan sobre los vehículos con la esperanza de llevarse algo a la boca y los camiones desaparecen entre la masa humana.

Atentado en Raanana

Con los ojos puestos en la operación de Gaza, Israel sufrió un atentado que dejó una persona muerta y 17 heridas, cuatro de ellas en estado grave. El ataque fue realizado por dos hombres de Hebrón que fueron detenidos a las pocas horas de haber atropellado y acuchillado a sus víctimas en el centro de Raanana, cerca de Tel Aviv.

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Los frentes se multiplican a unos israelíes que recibieron con enfado la noticia de la detención del futbolista Sagiv Yehezkel en Turquía. El delantero del Antalyaspor celebró un gol el domingo mostrando una inscripción en su muñeca en recuerdo a los 101 días en cautividad de los israelíes capturados por las milicias palestinas. Tras pasar la noche en dependencias policiales, fue puesto en libertad y deportado a Israel. El club anunció su despido por «incitación pública al odio y la hostilidad» y «su apoyo a la masacre llevada a cabo por Israel en Gaza». Yehezkel dijo que él solo quiere «el final de la guerra». El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, reaccionó llamando «nazi» a Recep Tayyip Erdogan.

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