El norte de Israel arde después de que Hezbolá lanzara por segundo día consecutivo más de cien cohetes y treinta drones suicidas contra territorio enemigo. La mayoría fueron interceptados por los sistemas antiaéreos, pero algunos impactaron en zonas agrícolas y volvieron a provocar importantes incendios. ... El Estado judío acusó a la milicia chií de ser responsable de la escalada de tensión en la frontera, pero estos aseguraron que son su respuesta al asesinato del comandante Taleb Abdula, el responsable más importante de Hezbolá que ha alcanzado Israel desde el 7 de octubre.
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En la aplicación más estricta del ojo por ojo, el ejército israelí compartió un vídeo de varios militares lanzando bolas de fuego por encima del muro que les separa del Líbano con una catapulta con el objetivo de hacer arder los campos más próximos. La delicada situación en la frontera llegó a la cumbre del G7, donde los líderes allí reunidos mostraron su preocupación por la escalada y respaldaron los esfuerzos de Estados Unidos para asegurar un alto el fuego en la Franja.
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Como ha repetido Hezbolá en numerosas ocasiones, la tensión en este frente está directamente ligada a la situación en Gaza, donde Israel siguió un día más con los bombardeos en el centro y sur y con un bloqueo total, que impide la entrada de ayuda. Estados Unidos e el Estado judío acusaron a Hamás de «rechazar el acuerdo esbozado por Joe Biden (…) sus condiciones cambian la propuesta por completo y no permiten que las partes avancen hacia un acuerdo». Washington insiste en que Israel acepta la propuesta, pero ningún dirigente del Estado judío se ha pronunciado de manera oficial al respecto.
Los islamistas dijeron que los cambios propuestos son «insignificantes» y un alto cargo del grupo señaló que entre esos cambios figura la elección de una lista de cien presos con largas condenas para ser intercambiados por los cautivos. En la hoja de ruta presentada por Joe Biden se contempla la opción de liberar a presos con penas menores a quince años. Los mediadores presionan a los islamistas para que acepten el texto que hizo público Biden y aprobó el Consejo de Seguridad de la ONU, pero Hamás exige garantías para que el alto el fuego sea definitivo e Israel no vuelva a atacar una vez que los cautivos sean liberados.
Los israelíes tienen muchos frentes abiertos y, tras conocer que la ONU les ha incluido en la lista negra de los violadores de los derechos de los niños, anunciaron que «se tomarán algunas medidas contra algunas agencias de la ONU y tal vez contra personal. Haremos esto mientras garantizamos la asistencia humanitaria a Gaza». Algo complicado porque UNRWA es la mayor agencia de la ONU en la Franja y es el principal objetivo del Estado judío.
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