Una evacuación milagrosa salva a 31 bebés de la zona cero de la guerra

Desde la ONU planean nuevas evacuaciones en próximas horas para sacar de Al-Shifa a los casi trescientos enfermos y heridos que no pueden moverse y al personal médico que les atiende, pero todo dependerá de la situación de seguridad.

Las imágenes de los pequeños fuera de las incubadoras, desconectadas por la falta de electricidad debido al corte del suministro de combustible para los generadores por parte israelí, dieron la vuelta al mundo. Al menos cuatro de los recién nacidos no han resistido la situación, pero al resto se le abre una oportunidad de vivir lejos de una Ciudad de Gaza convertida en la zona cero de la guerra. Ellos constituyen la única luz de vida en medio de las tinieblas que han tomado Gaza desde el 7 de octubre.

Los bombardeos se extienden al centro y sur de la Franja, sin respetar hospitales ni escuelas de Naciones Unidas, y la cifra de palestinos muertos supera los 13.000, según un Ministerio de Salud que cada día tiene más complicado el recuento de cadáveres debido a que los grandes centros sanitarios han quedado fuera de servicio.

El máximo responsable de Unrwa, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, Phillipe Lazzarini, confirmó que en las últimas veinticuatro horas dos de sus escuelas, convertidas en refugios para miles de familias, fueron alcanzadas por impactos. Ya son diecisiete los complejos atacados, «al menos 176 los muertos y 800 los heridos», según el recuento de Lazzarini.

El Ejército israelí mantiene que el hospital Al-Shifa acoge el principal centro de mando de Hamás. Anoche aseguró haber encontrado un «túnel fortificado» debajo de las instalaciones. Mostró fotografías y vídeos del hallazgo.

Mientras, miles de personas se dieron cita el sábado por la noche frente a la residencia del primer ministro en Jerusalén tras una marcha a pie desde Tel Aviv convocada por la asociación de familias de los rehenes y desaparecidos. Expresaron su malestar por la gestión de la crisis por parte de Netanyahu. Se sienten abandonados, perciben que la liberación de sus seres queridos no es una prioridad y que apenas reciben información sobre las negociaciones.