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«Nuestro país ha ascendido a la liga de países con energía nuclear después de un retraso de 60 años», estas han sido las palabras de Recep Tayip Erdogan en la inauguración de Akkuyu, la primera planta nuclear de la historia de Turquía. El líder ... islamista, aquejado de unos problemas de salud que le obligaron a suspender los actos de campaña de forma temporal, y Vladimir Putin tomaron parte a través de videoconferencia en la ceremonia que ha marcado la llegada del primer envío de combustible desde Rusia a esta planta que es «la mayor inversión conjunta» efectuada hasta este jueves por los gobiernos de Ankara y Moscú, según Erdogan.
La compañía estatal rusa Rosatom es la encargada de construir y operar esta planta situada en Mersín, a orillas del Mediterráneo. Akkuyu es objeto de importantes críticas por su proximidad a la falla norte de Anatolia, el impacto ecológico que tendrá en la temperatura del mar y las prisas de Erdogan por traer el combustible durante la campaña electoral cuando las instalaciones aún no están terminadas.
«Estamos ante un ejemplo más de populismo. Lo importante es ganar votos a costa de esta inauguración y nadie se plantea el riesgo que supone tener este combustible cuando las obras siguen en marcha. Hay una falta total de transparencia en todo lo que rodea a la planta», apunta Pinar Demircan, coordinadora de la plataforma Nukleersiz. Decenas de miembros de esta plataforma antinuclear trataron de llegar hasta Akkuyu en autobuses para realizar una protesta, pero la Policía les cortó el paso y se produjeron varias detenciones.
Ajeno a las críticas, Erdogan ha adelantado que éste es solo el primer paso de un programa nuclear que contempla la construcción de otras dos centrales. El presidente turco ha destacado que cuando la planta esté operativa permitirá reducir la importación de gas natural y aumentará la renta nacional. Putin ha destacado que es complicado hablar de «éxito» si no fuera por el papel de un líder como Erdogan. La sintonía entre ambos dirigentes está a su máximo nivel.
Andrei Likhachev, director de Rosatom, ha declarado que su plan pasa por «completar el lanzamiento de la planta el próximo año para poder producir electricidad de manera constante a partir de 2025». Likhachev ha descrito Akkuyu como «la planta nuclear más grande del planeta» y adelantó que estará operativa de manera plena en 2028, cuando se espera que produzca el diez por ciento de la electricidad que consume el país.
Las obras no están resultando sencillas para los rusos debido a las sanciones que sufren desde el estallido de la guerra en Ucrania. Sergei Butskikh, director de la planta, ha admitido durante la inauguración los «problemas logísticos porque las rutas de transporte son cada vez más largas y no todas las compañías navieras pueden trabajar con nosotros».
Dos meses y medio después del terremoto que asoló el Este de Turquía, el país no puede olvidar lo sucedido. Expertos como la investigadora independiente Demircan alertaron de que Akkuyu «se levanta a 25 kilómetros de la falla de Ecemiş» y que el epicentro del último gran terremoto, Kahramanmarash, está a poco más de 200 kilómetros. Desde Rosatom confirmaron que sintieron el temblor, pero dijeron que no superó la magnitud de 3 grados en la escala de Richter, lo notaron «de forma leve» y no causó daño alguno.
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Mikel Ayestaran
«Hay que parar la planta antes de que esté en marcha por todos los peligros que puede acarrear en el futuro. Además de los terremotos, es una amenaza para el Mediterráneo porque elevará aún más la temperatura del agua», piensa Demircan. Esta investigadora también apunta al valor estratégico del lugar para Rusia ya que «ellos dispondrán de su propio puerto y esto les concederá una salida más al Mediterráneo, es la misma táctica que han empleado con la central que levantan en Egipto».
Desde la plataforma antinuclear turca Nukleersiz han comenzado las conversaciones con la oposición para intentar frenar la carrera nuclear en el país en caso de un cambio de Gobierno en las próximas elecciones del 14 de mayo. Con Erdogan tienen claro que el futuro de Turquía es atómico.
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