El Ejército de Israel vuelve a golpear Yenín y mata a seis palestinos

Harusha fue liberado en diciembre tras cumplir una pena de 40 meses en una prisión israelí y a los dos meses de su puesta en libertad atentó contra los hermanos Hallel and Yagel Yaniv cuando pasaban por Huwara en su camino hacia el asentamiento de Har Brachah. De manera paralela a la operación en Yenín, el Ejército efectuó una redada en el campo de refugiados de Askar, en Nablús, donde detuvo a dos hijos de Harusha.

El primer ministro, Benyamin Netanyahu, y su ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, aplaudieron la actuación de sus fuerzas de seguridad. El portavoz de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Nabil Abu Rudaineh, sin embargo, condenó la operación y alertó de que este tipo de acciones pueden llevar a una «explosión» de la violencia.

Yenín vuelve a encenderse en un momento clave para un Netanyahu asediado por las protestas semanales en Tel Aviv contra sus planes de reformar el sistema judicial y por las críticas a sus aliados ultranacionalistas en el Gobierno. A finales de enero los israelíes mataron a otras nueve personas en este mismo campo de refugiados y esto provocó que la ANP decidiera suspender la coordinación de seguridad con el Estado judío. Un día después, siete israelíes fueron abatidos a tiros en la parte oriental de Jerusalén cuando salían de una sinagoga al comienzo del Shabat.

La espiral de violencia no frena y una vez más las miradas se dirigen a Gaza, lugar habitual en el que ambas partes acaban dirimiendo sus diferencias y donde los civiles son quienes pagan el precio más alto.